Buenos Aires (ANP) – El periodista e investigador Alejo Schapire, autor del libro El Secuestro de Occidente, plantea en una entrevista que tanto la “nueva derecha” como el “wokismo” son movimientos de pensamientos “autoritarios que descreen de la división de poderes” y sostiene que la aparición de fenómenos como Javier Milei son una reacción de la sociedad.
El analista califica al wokismo como “una religión sin dios” que antepone “sus propias verdades a la razón”. En una entrevista por Radio Rivadavia, al programa Si pasa pasa, Schapire comentó que el origen del movimiento “woke” está en los grupos anti-racistas negros y que hay una conexión con la izquierda que abandonó el eje de cuestionamiento social basado en la economía, para hacerse eco del discurso de las minorías.
Sostiene que la alternativa a estos modos de pensamiento no está en la equidistancia entre la derecha y la izquierda sino el planteo de una reconstrucción del razonamiento liberal basado en la duda. Advierte que puede haber un cansancio de las personas de que el Estado y el gobierno se meta constantemente en su vida personal, tratando de establecer cómo se debe pensar.
Pregunta: Vamos a hablar justamente de lo que es el wokismo con Alejo Schapire que es periodista, vive en Francia y analiza estas cuestiones en su último libro que se titula El secuestro de Occidente. ¿Qué es el wokismo?
A.S: Bueno, al principio se decía que ni siquiera existía que era una entelequia inventada, después pasó a ser algo que era obvio y ahora es algo omnipresente y que todo el mundo está harto de que de que se habla de esto y hay que pasar otra cosa . ¿En qué consiste?. Bueno el wokismo que viene de estar despierto, WOKE, viene de un movimiento afroamericano que se llamaba “Estar Alerta”. Prosperó dentro de un clima intelectual en las universidades estadounidenses que hicieron que en algún momento dado la izquierda tomara un giro, y en vez de ocuparse de los temas económicos que era la base de la reflexión marxista, ahora se ocuparan de las cuestiones de las minorías, de lo que ellos llaman minorías ético sexuales, de personas que son históricamente discriminadas por su color o por su sexualidad y ese pasó a ser el prisma para ver el mundo, es decir, un mundo dividido entre oprimidos y opresores, entre blancos y negros, donde los roles están distribuidos. Para sintetizar, esto descansa sobre dos pilares: uno que es la Teoría Crítica de la Raza que analiza la historia del mundo sobre la historia de los blancos explotando a los no blancos, que llamaba racializados, y la Teoría del Género que indica que todo es construcción social, que la realidad biológica es irrelevante, y que cada quien es libre de auto percibirse como le parezca y el otro tiene necesariamente que aceptarlo.
Pregunta: Cambiarle el color de la piel a Blancanieves digo, por si hay casos extremos. Hubo cosas de nuestra cotidianidad. Todo esto eso es un extremo como también es un extremo la reacción frente a esto.
A.S: No sé si caracterizarlo de extrema, porque no es que ha sido una exageración, es una verdadera revolución cultural en el sentido de que se trata de dar vuelta completamente dónde está ubicado cada quien en la sociedad y en todos los aspectos de la vida. Vos mencionas la Sirenita, por ejemplo, algo que forma parte del campo de la cultura pop, pero eso es solo uno de los aspectos. Digamos que estas universidades han producido a la élite mundial que ocupan los lugares de liderazgo en empresas, gobiernos y todos los lugares donde se toman decisiones. Está en todo, está en el Departamento que ahora está desmantelando justamente Trump, de Diversidad Equidad y Inclusión que está no solo en Estados Unidos, sino en otros países que consideran que tienen que ejercer cierta discriminación positiva para reequilibrar una injusticia histórica, discriminando actualmente a los que consideran quienes fueron los los verdugos de la historia. Ahora hay una reacción, un efecto rebote de esta ideología, que ha encontrado en Milei, en Trump en Meloni en distintos líderes europeos, en Bukele, una reacción que es por momentos violenta, cuando Milei mezcla pedofilia y homosexualidad. Ahora por qué ocurre esto porque el wokismo ha tenido un poder de intimidación extremadamente fuerte y a todos los que podían encarnar matices de sentido común y todo eso, les acaban diciendo que era una fascistas.
Pregunta: ¿También actuó con censura el wokismo?
A.S: Bueno, el wokismo es esencialmente una religión sin dios, con un modo inquisitorial de establecer cancelaciones, listas negras, purgas, decir qué artistas (y poco importa la época) se pueden consumir y cuáles no, de juzgar a las películas no en función del talento de un director o de su aporte estético, sino de cuán bueno es una persona .
Pregunta: Pensando en Argentina, ¿es lo que pasó con el kirchnerismo?
A.S: Totalmente, por ejemplo, impulsar el lenguaje inclusivo que es típicamente de esta cuestión policial aplicada al lenguaje. Lo que hubo fue la intervención en todo lo que son las políticas de género, que respondían a partidos. Esta es otra vertiente, es decir, el transformar en kiosquitos a todos los todos estos lugares que se supone que son para el bien social y finalmente terminan al servicio del partido, como el INADI. Es decir, que se perseguía nada más a los opositores y jamás puertas adentro. Como cuando Victoria Donda negreaba a su mucama o el novio que en ese ente perseguía a los que lo que llamaba el discurso de odio, evidentemente al servicio del partido en el poder . Y bueno, todo este lo que fue el espectáculo de Sudor Marika o Zamba,
Ahí tenés perfectamente a Zamba como revisión de la historia. Tenías permanentemente esto. De hecho hay puentes entre lo que fue el kirchnerismo y Podemos en España que son muy evidentes en cómo se retroalimentan ideológicamente y ponían este en marcha, estas políticas públicas
Pregunta: En tu visión, en tu opinión, ¿dónde queda el pensamiento crítico propio, el pensamiento personal? Un ejemplo de alguien que está no a favor ni en contra, sino que no le importa absolutamente nada en relación al matrimonio igualitario, porque no le afecta en nada y no tiene por qué oponerse a eso o que está a favor de la despenalización del aborto pero también está a favor de el Estado de Israel defendiéndose. ¿Dónde queda el pensamiento crítico en un momento en el que todo es blanco negro pero con listado de requisitos?
A.S: Lo que ocurre es que en un momento de polarización ideológica tan grande de activismo tan importante ese espacio desaparece sencillamente. Puede ser que no te importe, pero cuando ves que tus hijos tienen manuales escolares que están intervenidos por esta visión del mundo, cuando ves que la cultura pop que consumen también lo está, cuando ves que hay una policía de cómo tenés que hablar o no, finalmente te empujan a salir de lo que puede ser tu tranquilidad y tu autonomía y buscan encolumnarte en alguna de las dos posiciones más polarizantes.
Pregunta: El gobierno habló de un proyecto de ley que propone eliminar el femicidio los documentos, no binarios los cupos trans. ¿Crees que hay margen para ir por por más y seguir ahondando las diferencias?
A.S Pienso que a nivel global hay una cuestión de tratamiento de lo que han sido las políticas de discriminación positiva, que tiene que ver con los cupos, es decir, otorgarle un puesto de trabajo o un lugar en la universidad a un alumno en función, no de sus méritos personales, sino en función del grado de victimización al colectivo al que pertenece y eso se supone también quitarle ese lugar a alguien que sí tiene el mérito, pero que no cuenta con las características de minoría. Eso genera varias cosas. Primero el resentimiento del que quedó afuera teniendo mejor puntaje. Después pone alguien en un lugar de responsabilidad donde probablemente no debería estar y cuando tenés a alguien que por ahí pertenece a una minoría y es talentosa, en vez de verse el talento siempre va a estar la sombra de sospecha de que en realidad ocupa ese lugar porque pertenecía a una minoría y no, porque su talento y su capacidad y su esfuerzo le permitian acceder a ese lugar. Eso creo que sí, se está desmantelando. En cuanto al femicidio, no hace que haya menos homicidios de mujeres convertir todos los problemas en una cuestión semántica. Se ha probado que no resuelve nada
Pregunta: En lo que tiene que ver con los femicidios, no crees que a veces cuando uno nombra pone luz sobre algo que pasa en la Argentina y que es cosa de todos los días?
A.S: ¿Llamar femicidio al asesinato de mujeres ha reducido los femicidios?, ¿eso es lo que importa?
Pregunta: No, pero más allá seguramente les ha dado una, no sé una mirada distinta y ha hecho que en muchas instancias institucionales hayan tenido que reaccionar de otra manera frente a al hecho porque hay una presión había este una una atención especial.
A.S: Pero eso también supone generar categorías distintas de víctimas, es decir, ¿es peor un femicidio que un homicidio? ¿Necesariamente, cuando una mujer cuando es asesinada ha sido por su condición de mujer? Esto no quiere decir que haya que quitarle gravedad al asesinato de una mujer y que no haya contemplar razones.
Pregunta: Se puede partir que una mujer está en inferioridad de condiciones, de fuerza, de dependencia económica.
A.S: Pero también estás reduciendo las condiciones. Es el caso de una mujer rica y de una mujer pobre como si fuesen lo mismo simplemente porque ponés “femicidio”. Creo que solo sirve para lo enunciativo y lo propagandístico y que no resuelven ninguna de las problemáticas que se plantea resolver. Lo importante de una política con orientaciones a evitar la violencia hacia las mujeres son los resultados y eso es lo que importa, es secundaria la parte simbólica de cómo llamamos a las cosas y establecemos este etiquetas de gravedad en función de la víctima. Y creo que ese esa tribalización, es decir, dividir en categorías de víctimas a los distintos sectores de la sociedad que compiten entre sí por haber cuál es el que más ha sufrido y cuál merece más una ventaja a la hora de correr, no le hace ningún bien a la sociedad y creo que en alguna de algún modo la victoria de Trump se explica por eso también. Es decir, de esa segmentación permanente de una sociedad para que este en competencia con otro colectivo. Creo que eso ha hecho mucho daño.
Pregunta: ¿Crees que nos estamos yendo a un mundo más conservador que en términos ideológicos y de políticas sustentadas en esa en esa nueva mirada o vieja mirada
A.S: Creo que creo que es pendular y en los países donde más ha habido un wokismo desatado, más ha sido la reacción de rebote fuerte. Yo pienso que difícilmente se puede juzgar la violencia de Milei sin juzgarla simétrica a la violencia del kircnherismo. Difícilmente se puede entender la victoria de Trump sin ver lo que ha sido este la ofensiva wokista dentro del gobierno Biden. Lo difícil acá es encontrar una posición fuerte por fuera de esos dos polos que permitan los matices, que rehabilitar una valores democráticos porque los dos polos son absolutamente parecidos en muchas cosas.
Pregunta: ¿ Hay que estar una posición equidistante?
A.S: No se trata de estar en el medio de los dos. Se trata de estar en otra parte. No se trata de se equidistantes, se trata de ver qué tienen en común esos dos movimientos, qué tienen en común estos movimientos que son autoritarios, que descreen de las división de poderes, que hacen del lenguaje militante una cosa violenta y desaforada y que no admiten matices, cuestionan la razón porque tienen sus propias verdades, ya sea de la subjetividad de género (me tenés que reconocer como tal porque yo me siento así) de un lado, y del otro lado, de decir este esta cuestión de la postverdad tengo hechos alternativos. Bueno rehabilitar la duda razonable, científica, liberal es estar en otra parte y creo que que pasa por ahí. Claro que hablar y el pensar con matices es mucho menos seductor que los discursos violentos que proponen esos dos extremos
Pregunta: Estamos yendo como bolas sin manijas del progresismo extremo al conservadurismo, yendo y viniendo haciendo y deshaciendo leyes. ¿Crees que hay forma de de de bajar un cambio?
A.S: Es cierto lo que decís. Es un negocio esa polarización. Digamos que ninguno de los dos polos quieren que haya este algo distinto porque no les conviene y les sirve que su enemigo sea una caricatura desde los dos lados. Y también es cierto, que por eso se puede tener un poco de esperanza, en el sentido en el que en algún momento se van a cansar porque esto requiere muchísima militancia permanente. Estuve cubriendo las elecciones en Estados Unidos ahora y hablaba con muchos latinos residentes con la ciudadanía estadounidense que iban a votar a Trump. De hecho, por primera vez el historia de los latinos varones votaron por un republicano mayoritariamente y para ellos el voto a Trump era el voto de la cordura. Decían: «Lo único que quiero es tener un poco de seguridad trabajar y que me paguen por eso, que el Estado no se no se lleve todo lo que hago, que me dé más oportunidades y la posibilidad de progresar económicamente, que no se meta permanentemente ideológicamente en mi vida y hoy veo del lado del trumpismo algo que se parece más a eso”. Trump es un ser bastante excéntrico y polarizante. Pero para muchos este era simplemente la posibilidad de pasar a otra cosa y terminar con esa guerra cultural permanente paradójicamente, era la promesa de trabajar, progresar. Muchos creen que todas las discusiones de género y demás queda para quienes quieran discutir de eso. A ellos lo que le importa es que el fruto de su trabajo le dé más y ahí se terminó la discusión