BUENOS AIRES (ANP).- La salida del cepo y el cambio del esquema cambiario hacia un régimen de flotación entre bandas disparó aumentos de precios en productos de consumo masivo sin una razón clara, lo que mantiene enfrentados a proveedores y supermercados. Al respecto, un miembro de la Comisión Directiva de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), Nicolás Vaccaneo, confirmó que desde el lunes comenzaron a ver aumentos de parte de proveedores que no tenían justificación, ya que la cotización del dólar bajaba. El directivo de CADAM explicó que a principios de semana los mayoristas se encontraron con que muchos proveedores les respondían que no estaban vendiendo hasta ver cómo reaccionaba el mercado, o bien que aplicarían aumentos a los productos. Sin embargo, cuando se observó con el correr de las horas que no había motivo para frenar las entregas porque el dólar operaba a la baja, las empresas fabricantes plantearon que podían mantener los precios actuales si los mayoristas se apresuraban a comprarles. «Muchos decían ‘comprame que todavía puedo vender al precio actual’, por eso los mayoristas sentimos como una presión de venta hacia nosotros; esto se dio en productos importados pero también en artículos de origen nacional», señaló hoy durante una entrevista con Radio Rivadavia. El problema especulativo sobre los precios de productos de consumo masivo se ha convertido en la prioridad del gobierno ya que pone en peligro los planes del presidente Javier Milei, quien tras los importantes logros de gestión de la semana pasada -el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y la salida del cepo- apuntaba a obtener un IPC en abril inferior al de marzo. En marzo, el IPC alcanzó el 3,7% y encendió todas las alarmas ya que derribó las optimistas proyecciones oficiales, que hablaban de un índice de precios al consumidor por debajo del 2%. Relacionado Navegación de entradas Desde Analytica advirtieron por el traslado a precios de la devaluación pactada con el FMI Los herederos de la Werhmacht: el monstruo dormido que despertó Trump -Por Alberto Galeano