Está claro que para los importadores el problema es que no quedan más dólares, por lo menos hasta abril, cuando los productores comiencen a liquidar la cosecha gruesa de esta campaña. Es por eso que la visita que hicieron esta semana a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para lograr que el organismo les permita volver a comprar dólares para traer bienes y mercaderías del exterior no tuvo mayor éxito.

Los funcionarios del organismo que atendieron a los dirigentes de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) solo se comprometieron a revisar casos urgentes.

Las trabas a las importaciones comenzaron con el inicio de enero. ¿Cómo fueron?. La AFIP redujo el índice de Capacidad Económica Financiera (CEF) de las empresas. Este indicador muestra si las dimensión de la operación de una firma es acorde con la cantidad de dólares que demanda para importar. Con ello, se procura evitar que se inventen  «sellos de goma» para comprar dólares baratos al precio oficial. Todo es producto de la brecha. Si no hubiera brecha, no habría nadie tratando de comprar dólares baratos, porque habría un único mercado.

En el primer día hábil de febrero, la AFIP redujo el CEF de las empresas sin que hubieran cambiado las condiciones de operatividad. Un importador que tenía autorización por 20 millones de dólares, se encontró de un día para otro que solo podía comprar solo 3000 dólares.

Los empresarios de CIRA estuvieron prudentes en estos días. No hicieron declaraciones públicas porque la situación es delicada. La realidad es que el Banco Central se quedó sin billetes para sostener el ritmo de importaciones del país. El 80% de las compras de la Argentina estás constituidas por insumos y partes y piezas para máquinas. Solo una parte inferior al 10% actualmente, son bienes de consumo final.

El cierre de las exportaciones va a generar una menor actividad económica de febrero, pero para el gobierno, este puede ser un mal menor a una corrida bancaria, si es que el BCRA reconociera abiertamente que se quedó si billetes. De hecho, el equipo de Miguel Pesce ha manejado la crisis de manera bastante exitosa. Los ahorristas con dólares en cuentas a la vista, que podrían ser manoteados por el BCRA, no salieron corriendo a retirar sus billetes, y el mercado se mantuvo tranquilo.

Así los empresarios de CIRA, en una nota, sugieren la situación pero no se atreven a decirlo con todas las letras: Entendemos que la situación de la disponibilidad de divisas que experimenta el país debe tratarse con políticas públicas que resuelvan el problema estructural sin afectar el normal funcionamiento del comercio exterior.