Buenos Aires, ene 13 (ANP) – Un proyecto de Ley presentado por el senador por Chaco del Frente de Todos Antonio Rodas propone declarar al 3 de septiembre como el Día Nacional del Ayuno de Arrepentimiento.
El curioso proyecto de ley de solo dos artículos tiene una exclusiva justificación bíblica:
«Este evento se encuentra explícito en las Sagradas escrituras, en vista de los tiempos que estamos transitando, entendiendo que, sin la misericordia de Dios y su ayuda, es imposible seguir sobrellevando esta pandemia (COVID-19) y su impacto en la sociedad y en la economía. De esta manera, la bendición de Dios se derramará sobre la Nación Argentina, al declarar esta fecha todos los años. En la cita de Jonás 3:6-10, se relata la historia en la cual Dios manda a Jonás a la ciudad de Nínive, a decirles que se arrepientan de sus malos caminos, de lo contrario destruiría la ciudad en tres días, y que se vuelvan a Él (Jehová Dios) quien los perdonaría. Jonás no obedeció, y viajó lo más lejos posible de esa ciudad, estando en el barco, vino una fuerte tormenta, y los tripulantes empezaron a pedir a sus dioses; al hablar con Jonás, él respondió que lo echen al mar, ellos pidieron misericordia a Jehová y lo echaron al mar y Dios los perdonó. Al caer al mar Jonás fue tragado por un gran pez, en el cual estuvo 3 días dentro él. Jonás oró a Dios, y Dios lo perdonó, entonces se dirigió a Nínive, donde a voz en cuello comenzó a hablar lo que Dios le había mandado, la Biblia narra, que caminó 3 días, hasta que sus palabras llegaron a oídos del Rey quien “proclamó ayuno de arrepentimiento de 3 días”, Y Dios los perdonó y no destruyó Nínive. A través de la Palabra, Dios habla, y entrega una profunda enseñanza acerca de este “ayuno de arrepentimiento”, con respecto al dia y mes elegido es porque se encuentra como una de las 7 Fiestas que Jehová dispuso para encontrarnos con Él. Dicho evento, se encuentra en Levítico 23; dicho ayuno se lleva a cabo hasta nuestros días, en los pueblos que aman a Dios y lo sirven. Según el calendario hebreo, entre septiembre y octubre de cada año, se conmemora el tiempo que estuvieron en el desierto y Dios estaba con ellos en el Tabernáculo, lugar que sólo tenía acceso el sumo sacerdote quien debía hacer un “ayuno de arrepentimiento”, para poder entrar al “lugar Santísimo”, por medio de la sangre de un cordero (profecía que mostraba lo que iba a suceder con Jesús el Cordero inmolado). A lo largo de la Biblia, se puede observar las conexiones y profecías cumplidas en Jesús nuestro Salvador. Por todo lo expuesto, es que solicito a mis pares que me acompañen
el presente proyecto de ley.