BUENOS AIRES (ANP).- José Mujica se despide de la vida: planta árboles, recibe a sus amigos y a los casi noventa años se da el lujo de decir que no es de derecha ni de izquierda, sino un guerrero humanista.

Ya lo lloran en la red social X, en los bares antiguos de Montevideo, en las librerías de la calle Corrientes, en los hogares pobres y de clase media, donde el ex presidente uruguayo (2010-2015) forjó una imagen de hombre digno y austero, sobre todo austero, frente a la corrupción imperante en el Río de la Plata.

No hay duda de que el ex mandatario está más sabio que nunca. Y no esconde lo que siente en momentos en que México y Canadá se ven amenazados por el huracán proteccionista del presidente estadounidense, Donald Trump, cuya reelección calificó como “un desastre para la democracia”.

El ex senador del Movimiento de Participación Popular, integrado al Frente Amplio uruguayo, y ex guerrillero del Movimiento Nacional Tupamaros se destacó siempre por su humildad y por sus frases punzantes, que ayudaron a desenmascarar la mentira continental en los momentos de incertidumbre.

A lo largo de su aventurera vida, estuvo preso durante 12 años de la dictadura militar uruguaya (1973-1985), recibió seis balazos y fue detenido cuatro veces.

Su gobierno legalizó la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual, aunque recibió críticas de sectores opositores por su trabajo en la educación, la seguridad y el medio ambiente.

El chavismo lo crucificó un año atrás cuando Pepe dijo que se podría llamar “autoritario” o “dictador” al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Por eso no fue casual que, a fines de abril de 2024, el fiscal general de ese país, Tarek William Saarak, opinara sobre Mujica: “Todo país que legalice la droga tiene un pacto con los narcotraficantes”.

Aquella medida del ex mandatario, que se hizo efectiva el 10 de diciembre de 2013, recibió en su momento el respaldo del insigne escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, conocido también por sus controvertidas opiniones liberales.

Abrazado al presidente de Chile, Gabriel Boric, Mujica pidió el lunes desde su chacra de Rincón del Cerro, ubicada en las afueras de Montevideo, donde vive con su esposa la ex vicepresidenta Lucía Topolansky, que “todas las pibas y pibes que nacen tengan un grado de oportunidad”.

El anciano líder uruguayo y Boric plantaron un olivo. Y luego ambos repudiaron a la “dictadura“  de Maduro. “No tengo ninguna duda de que en Venezuela se robaron la elección” del pasado 28 de julio, dijo el mandatario chileno.

“Todos sabemos que hay demasiada gente que no tiene ninguna oportunidad en la vida. Por eso nos decimos que somos de izquierda; pero no somos de izquierda ni de derecha: somos humanistas. Pensamos lo que le conviene al futuro de la humanidad, y nos vamos a morir soñando con eso”, dijo Mujica.

Y luego agregó: “Yo le agradezco (su visita) a este muchacho (Boric), que tiene muchos años para amargarse, para sentir derrotas, pero vivir con causa, pensando que los humanos pueden contribuir a construir unas sociedades un poco mejor que aquellas en que hemos nacido, en todo caso menos egoístas”.

Mujica, de 89 años, aseguró: “No es plata lo que nos falta, nos falta corazón, nos falta compasión, nos falta amor a la vida”.

Durante una entrevista con el semanario Búsqueda, de Montevideo, realizada el 9 de enero, el ex presidente uruguayo anunció: “Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”.

En abril pasado, los médicos le detectaron un tumor de esófago, por el que fue sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas. Ahora, que el cáncer se está extendiendo por todo su cuerpo, el ex guerrillero decidió no someterse más a ningún tratamiento médico.

El ex senador frenteamplista desea ser sepultado en su chaca de Rincón del Cerro, junto a la tumba de su amada perra Manuela, donde hay una secuoya (o sequoia) inmensa. Recientemente, Pepe compró un tractor para trabajar en tareas agrícolas.

Entre otras frases memorables de su vida, opinó a principios de septiembre de 2012, durante una entrevista con la agencia francesa de noticias AFP: «No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”.

Además de Boric, Mujica recibió en los últimos días la visita del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, del músico uruguayo Rubén Rada y del cantante del grupo portorriqueño Calle 13, René Pérez Joglar.

Como esos árboles añosos, entre los cuales se encuentra la secuoya, un macizo originario de la Costa oeste de Estados Unidos, Mujica se irá de este mundo “derrotado”, aunque lleno de sueños, tal como siempre vivió: luchando como Don Quijote contra todos los molinos de viento.

Por NP