Los resultados logrados con el “dólar soja” dejan varias enseñanzas, entre las que pueden destacarse tres: los premios son más efectivos que los castigos, el dólar oficial tiene un retraso evidenciado por la reacción de los agroexportadores ante una “ventana” como la que se abrió el mes pasado y, por último, el Gobierno consolida su estrategia de no devaluar “por derecha”, pero ante eso las opciones que se le abren son una devaluación “por izquierda”, con la implementación de tipos de cambio múltiples.

De esa forma sintetizó la consultora Invecq el panorama que se presenta a partir de octubre, en el que será difícil evitar una caída en la liquidación de divisas, tanto por las operaciones adelantadas como por el retiro del incentivo de un dólar a $200, y la probabilidad de recurrir a soluciones similares a la aplicada a los sojeros con otros sectores exportadores.

“Septiembre deja un interesante balance respecto de las decisiones de política económica llevadas a cabo y de la situación de algunas variables macro en particular”, planteó en su análisis la entidad dirigida por Esteban Domecq.

En primer lugar, Invecq señaló “la sustancial acumulación de divisas que propició este incentivo para el sector sojero deja en evidencia que los resultados deseados (incrementar las reservas en este caso) son más fáciles de obtener con incentivos que con castigos (restricciones)”.

Asimismo, “las dinámicas del mes fortalecen aún más la noción de que el tipo de cambio real ya se ubica en niveles no sostenibles a mediano plazo (ajustado por tipo de cambio real multilateral es un 30% menos competitivo que en diciembre 2019)”.

Pero como tercera “enseñanza” de un Programa de Incremento Exportador que ya es historia, la consultora resaltó que “la decisión de implementar un dólar soja en lugar de convalidar un salto discreto del dólar oficial muestra la absoluta convicción del Gobierno por ‘no devaluar’.

Al respecto, una estimación del tipo de cambio implícito utilizado en septiembre para la agroexportación deja en claro el desfase en relación con el dólar oficial, que a pesar de ello vuelve a estar en vigencia para los sojeros.

En ese sentido, Invecq explicó “mientras que (el Banco Central) emitió más de $ 1.310.000 millones por la compra de divisas a través del dólar soja, retiró pesos de circulación por casi $ 330.000 millones al vender divisas al dólar oficial”.

“De este modo, la emisión neta a la fecha indicada (emisión de pesos por compras menos absorción de pesos por ventas) superó los $ 985.000 millones, dejando un tipo de cambio implícito entre los dólares acumulados y los pesos emitidos de $230 por dólar (un tipo de cambio un 60% más alto que el oficial promedio del mes)”.

Por el contexto descripto, Invecq consideró que, de ahora en más, “el Gobierno abrió las puertas de un régimen de múltiples tipos de cambio y cotizaciones diferenciales sectoriales mucho más complejo que el actual”, lo que no impide que “la tensión cambiaria y la expectativa de devaluación implícita en activos financieros continúe latente”.

“Emergen así dos senderos: un salto cambiario discreto del dólar oficial (devaluación) o una profundización de la multiplicidad de tipos de cambio que dé lugar a un esquema de control de cambios aún más administrado y con diversas cotizaciones sectoriales, un régimen insostenible a mediano plazo pero que en el corto plazo podría servirle al Gobierno para cumplir su principal objetivo: no devaluar”, concluyó.

Por NP