BUENOS AIRES (ANP).- Nadie duda de que Rusia es más fuerte que Ucrania, pero si algo vuelve a demostrar la reciente “Operación Telaraña”, realizada con drones e inteligencia artificial (IA), es que la guerra puede estallar incluso dentro de las murallas del Kremlin.

La inventiva ucraniana ya había sido puesta a prueba cuando hundió el buque Moskva, nave insignia de la flota del Mar Negro, el 14 de abril de 2022, o cuando atacó por tercera vez el puente construido por el Kremlin en la península de Crimea, el pasado 3 de junio.

¿Quién para esta guerra que ya lleva más de tres años? ¿El presidente estadounidense, Donald Trump? ¿La Unión Europea (UE), las Naciones Unidas o el Papa León XIV?

Es verdad: a Ucrania ya no le sobra nada. Ha perdido Crimea, el 20 por ciento del territorio y cinco regiones rusoparlantes, entre ellas Donest y Lugansk, al este del país, tras lograr su independencia poco después de la caída de la Unión Soviética en 1990.

Las imágenes del primero de junio, con decenas de drones destruyendo a poderosos aviones rusos estacionados en las pistas, se contraponen con la de aquella reunión fallida entre Trump y Volodomir Zelenski (foto), realizada el 28 de febrero en la Casa Blanca, donde el presidente ucraniano fue humillado por el magnate republicano y su vicepresidente, J.D. Vance.

La “Operación Telaraña” destruyó 41 aviones rusos, con un costo que supera los U$S 7.000 millones, informó el servicio de seguridad de Ucrania (SBU).

Los drones fueron lanzados desde camiones en territorio ruso. Por eso, tal vez, el peor error que podría cometer el presidente Vladimir Putin sería subestimar el ingenio de Kiev, dispuesto a llevarse por delante al Kremlin. Como represalia, Rusia lanzó el viernes un masivo ataque con misiles balísticos sobre la capital ucraniana y otras regiones del país.

El 2 de junio, representantes de Kiev y de Moscú se reunieron en Estambul, Turquía, para mantener conversaciones directas, pero los rusos rechazaron un cese el fuego incondicional como demanda Zelenski y otros aliados occidentales, incluyendo a Estados Unidos.

“Es imposible que Ucrania gane la guerra. El objetivo esencial que persigue con estos golpes es generar un efecto político que fuerce a Rusia a sentarse a negociar en mejores términos”, dijo Juan Alberto Rial, secretario del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente la Universidad Nacional de La Plata.

Rial, profesor de Derecho Internacional público, dijo que solo con acciones dentro de territorio ruso “no se gana un conflicto armado”.

“A lo sumo le infligís un daño al enemigo que lo muestra frágil. Ucrania está tratando de demostrar que Rusia no es inexpugnable, más allá de las diferencias que existen entre los dos países en términos militares. Es como si fuera (el relato bíblico de) David contra Goliat”, afirmó el analista en declaraciones a la agencia Nuevas Palabras.

En cuanto a la buena relación que existe entre Trump y Putin (foto), señaló que el magnate “creía que la guerra iba a terminar rápidamente presionando a Kiev a y seduciendo al Kremlin; lo cual hasta ahora no ha pasado, ya que el líder ruso entiende que ese vínculo especial le abre la puerta para hacer lo que quiere”.

De todos modos, opinó que, atacando a Rusia dentro de su propio territorio, Kiev busca lograr “un golpe psicológico en sus socios europeos, en las fuerzas armadas y el pueblo ucraniano para levantar la moral; pero también está dirigido a Putin y a los rusos que ahora empiezan a sentir que el conflicto armado no es algo que está más allá de sus fronteras”.

Actualmente, Europa parece encolumnarse detrás de la figura del presidente Emmanuel Macron. El jueves, durante un encuentro en París con Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario francés le advirtió al brasileño que Moscú y Kiev no pueden ser tratados de la misma manera.

Desde que se inició la invasión, el 24 de febrero de 2022, Lula mantiene una postura “neutral” y de mediación con respecto al conflicto bélico.

Con las consecuencias de la guerra a la vista no es sólo Kiev la que busca un resultado positivo, sino también Occidente y su miedo a las futuras acciones militares que pueda emprender Putin. ¿Qué pasaría si Moscú ataca a un país de Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que ayuda a Ucrania?

El líder del Kremlin se mantiene alerta y expectante.  A simple vista, su objetivo es controlar las cinco regiones rusoparlantes que actualmente se encuentra en poder del Kremlin, sumado a su reclamo de que Kiev no forme parte de la OTAN.

El 27 de enero de 2023, Putin calificó de “neonazi” al gobierno de Zelenski. El mandatario fue elegido por más del 73% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones realizadas a fines de abril de 2019. 

Si bien en Ucrania había muchos “colaboracionistas” del genocida alemán Adolf Hitler, cerca del 40% del Ejército Rojo que derrotó a los alemanes en 1945 estaba formado por ucranianos, sostienen algunos historiadores, según informes del diario El País, de Madrid.

Por NP