BUENOS AIRES (ANP).- La película “Napoleón” dirigida por Ridley Scott, rejuvenece la figura del emperador francés que conquistó media Europa, del mismo modo que consagra una vez más a Joaquín Phoenix como uno de los grandes actores de Hollywood.
La tensión no decae nunca durante los 157 minutos que dura la película. No hay escenas monótonas. Ni paréntesis que justifiquen la distracción en la historia del ascenso del joven Napoleón Bonaparte, quien fuera coronado como emperador en la catedral de Notre Dame de París, el 2 de diciembre de 1804, después de varios triunfos en los campos de batalla y en la vida política francesa.
Pero más allá del desarrollo cronológico, la imagen de Phoenix va creciendo a medida que madura la representación de Bonaparte. Uno y otro se van configurando para celebrar, con sus luces y sombras, a uno de los estrategas militares más notables de la historia.
Napoleón es implacable cuando derrota a los realistas y a las fuerzas contrarrevolucionarias en el sitio de Toulón durante la Revolución Francesa, el 19 de diciembre de 1793. Pero, también es tierno y afectuoso cuando ama a su esposa, Josefina de Beauharnais, interpretada por la británica Vanessa Kirby.
Al igual que hizo para interpretar a Joker, o al emperador romano Lucio Aurelio Cómodo, Phoenix borra ese mito urbano que asegura que un actor actúa siempre de la misma manera.
Pese a su crueldad, los espectadores empiezan a simpatizar con ese Napoleón valiente aunque algo tosco, y que en una escena no duda en meterse debajo de una larga mesa para ir en búsqueda de las piernas de Josefina.
Un párrafo aparte merece la sensual Kirb, que interpreta a una mujer de la sociedad francesa, cinco años mayor que Napoléon – todo un escándalo para la época – , que no duda en “meterle los cuernos” cuando el general francés se encuentra en los campos de batalla.
Pero, a medida que lo encandila la fama, Bonaparte se va dando cuenta de que todo su poder se debe al amor que siente por Josefina, y no avanzamos mas en la historia para no afectar la película.
Napoleón conmueve por distintas razones, tanto por la crudeza de las grandes batallas como por la sólida interpretación que Phoenix . En muchas escenas, el actor estadounidense de 49 años muestra también el malhumor y la intemperancia que algunos historiadores le han atribuido .
El gran Emperador francés, nacido el 15 de agosto de 1769 en Córcega, una isla italiana comprada por Francia a los genoveses, es mostrado también con su “maquiavelismo” para esclavizar a los pueblos y adueñarse del poder en Europa.
Scott, sin embargo, obvia citar algunos aspectos que le dieron fama universal a Napoléon, como la creación del Código Civil, también llamado Código Bonaparte, que rige en la actualidad en Francia, calo que con importantes reformas.
Lo cierto es que gracias a esta película el mundo ha vuelto a hablar del hombre que durante su juventud se pasaba muchas horas leyendo, para convertirse luego en un gran militar y estadista de Francia, según relata en su libro “Napoleón Bonaparte”, el historiador ruso, Alfred Manfred,
Más allá de las críticas, como por ejemplo la inexactitud histórica con respecto a la decapitación de María Antonieta (algunos críticos dicen que Napoleón nunca estuvo en París el 16 de octubre de 1793), y a que es hablada en inglés, la película de Scott cumple con las expectativas previas que había generado en la gente.
Por eso no hay duda de que es un aporte más para revivir la leyenda de aquel corso pobre, autodidacta, de cualidades brillantes en matemáticas, que un día se convirtió en emperador de todos los franceses y media Europa.