La medición oficial de la pobreza por semestre no permitió evaluar el deterioro de las condiciones de vida a lo largo de los primeros 180 días del año, pero su análisis discriminado en períodos más cortos permite comprobar que el 36,5% informado se conformó con un 34,1% en el primer trimestre y un 38,9% en el segundo, de acuerdo con el último informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).
En una investigación de un equipo integrado por el ex director del Banco Nación, Claudio Lozano, Agustina Haimovich y Eugenia Ventura Flossi y coordinado por Ana Rameri, el IPyPP (incorporado al partido Unidad Popular), advirtió que “el segundo trimestre del corriente año vuelve a reflejar un aumento que coloca a la tasa de pobreza en el 38,9%, nivel similar -incluso levemente superior- al cuadro social que dejó Macri”.
Al respecto, es necesario aclarar que los índices estadísticos suelen ser un promedio que toman un período determinado, lo que no quiere decir que el número final se haya mantenido inalterado a lo largo del mes, el trimestre o -en el caso de la pobreza- el semestre.
Como se trata de un lapso más prolongado que el resto de los indicadores, es importante contar con un análisis complementario que ayude a dilucidar si la pobreza y la indigencia creció o disminuyó desde el principio del período (en este caso, enero de 2022) hasta el final (junio): si baja, implica una mejora en la situación socioeconómica; si sube, un deterioro.
Esto último fue lo que ocurrió, ya que el 36,5% de todo el semestre se desagregó en un 34,1% para el primer trimestre y un 38,9% para el segundo.
“Lo que no puede disimular la evolución semestral es el aumento del hambre que se inscribe en un fenómeno más general de agravamiento de las condiciones de empobrecimiento de la población pobre. Es decir, los resultados recientes indican que la población pobre es más pobre que antes”, sentenció el IPyPP.
Asimismo, indicó que “la evolución del semestre visto desde la perspectiva trimestral, indica que la tasa de pobreza aumentó siendo que se verifican casi 1,2 millones de personas más que viven en hogares pobres”.
“Pero el dato más preocupante se centra en la indigencia que prácticamente triplica el ritmo de deterioro anterior. La mitad de esos 1,2 millones nuevos pobres, pasaron directamente a la indigencia”, añadió.