BUENOS AIRES (ANP).- Algo parece haber cambiado en Irán dos años después de la muerte de Mahsa Amini, tras ser arrestada y torturada por no usar bien la hiyab, ya que muchas mujeres desafían a la “policía de la moral”.
El 13 de septiembre de 2022, Amini fue golpeada en la cabeza y en las extremidades, entró en coma y tres días después la joven kurda iraní, de 22 años, falleció de muerte cerebral cuando se encontraba bajo custodia policial.
Su fallecimiento desató una ola de protestas en la que las jóvenes pidieron el fin de la República Islámica, gobernada por el líder religioso, Alí Jamenei, al grito de “Mujer, vida, libertad”.
Sin embargo, un año después los diputados del Parlamento aprobaron una ley que endureció las penas por no llevar el velo islámico, que según la ley debe cubrir la cabeza y parte del pecho.
“El feminicidio de Mahsa Amini fue un castigo desde el Estado porque ella se rebelaba ante los mandatos patriarcales del fundamentalismo islámico, que el gobierno de Irán convierte en leyes”, dijo la activista salvadoreña Morena Herrera, presidenta de la comisión ciudadana por la Despenalización del aborto en El Salvador.
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, insistió en que la muerte de la joven kurda “fue una muestra más de la represión que sufren las mujeres en Irán, tal como ocurre en nuestras sociedades latinoamericanas, donde el pensamiento patriarcal, el fundamentalismo religioso y la falta de laicidad del Estado fomentan y justifican la violencia contra las mujeres y las niñas, incluyendo el femicidio como forma de violencia extrema”.
Herrera puso de ejemplo la muerte de la salvadoreña Alisson Natalia Genovés, de 19 años, fallecida el 14 de septiembre tras una presunta golpiza que le propinó su pareja en la colonia Divina Providencia de Soyapango, al este del país.
“Entonces el tema que inspiró Mahsa Amini, ´Mujer, vida y libertad´, sigue vigente también en El Salvador”, afirmó la activista, nominada en 2023 al premio Sajarov, que otorga el Parlamento Europeo.
Durante 2024 se registraron al menos 27 femicidios en ese país centroamericano, informó el diario salvadoreño La Prensa Gráfica.
De acuerdo a un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y el Observatorio de Igualdad de Género, publicado en noviembre de 2022, se registraron más de 4.000 femicidios en América Latina y el Caribe.
En 2023 dicha cifra subió a 4599, incluyendo a Brasil que tuvo 1706 crímenes, según la asociación civil MundoSur, enfocada en la defensa de los derechos humanos, con sedes en Francia y Argentina.
A dos años de la muerte de Amini, Australia, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido pidieron a Irán que ponga fin a la violencia para hacer cumplir el uso obligatorio del velo islámico.
Al menos 500 personas murieron y más de 20.000 fueron detenidas durante la represión de las fuerzas de seguridad iraníes contra las manifestaciones de disidencia, entre 2022 y 2023, señalaron esos países en un comunicado.
Recordaron que una misión independiente establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU afirmó que «muchas de las violaciones de los Derechos Humanos perpetradas contra manifestantes equivalen a crímenes contra la humanidad».
«El Gobierno iraní aún tiene que abordar estas acusaciones y no ha cooperado con este mandato”, señalaron esos países en la nota.
Al cumplirse el segundo aniversario de la muerte de Amini, el nuevo presidente de Irán, el reformista Masud Pezeshkian, reemplazante de Ebrahim Raisi, fallecido en mayo al caer un helicóptero, prometió que la policía de la moral ya no molestará más a las mujeres.
El anuncio, formulado durante una conferencia de prensa, fue hecho después de que la ONU advirtiera que las mujeres en Irán siguen siendo brutalmente reprimidas por violar el estricto código de vestimenta.
Pezeshkian prometió también aliviar las restricciones del uso de Internet que impidieron el uso de las redes sociales durante las manifestaciones provocadas por la muerte de Amini y también por el aumento del precio de los combustibles.
Sin usar la hiyab, las mujeres iraníes no pueden entrar a los edificios del Gobierno o del transporte público. En la mayoría de los casos son arrestadas y liberadas tras firmar un documento en el que se comprometen a usar el velo, según informes de France24 y de la agencia española EFE.