BUENOS AIRES (ANP).- Algo se ha roto en el universo de la izquierda latinoamericana después de que Colombia, Brasil y México exigieran al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que muestre las actas de la elección presidencial del 28 de julio que lo proclamaron oficialmente ganador.
Si bien es cierto que ninguno de estos tres países han usado la palabra “fraude” para criticar al jefe bolivariano, parece quedar claro que ya nada será lo mismo en la región con respecto a Venezuela, si no se normaliza por la vía democrática la situación institucional de ese país.
Según informes de la oposición, citados por el diario El Nacional de Caracas, el 70 % de los votantes de bajos ingresos eligió al candidato de Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia, por lo que se estima que Maduro perdió el apoyo popular en su base de izquierda.
Desde ex presidentes, partidos políticos y centrales obreras se pronunciaron a favor de encontrar un diálogo entre el oficialismo y la oposición para superar lo que muchos analistas consideran “el mayor fraude electoral” de la historia de América Latina.
No es casual que en Santiago de Chile, durante un foro empresarial Chile-Brasil se haya firmado un documento exigiendo al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que reafirme su compromiso con la democracia y la libertad, para adoptar una postura más firme contra Maduro.
Es cierto: Lula no reconoció hasta ahora el triunfo del mandatario venezolano, difundido por el Consejo Nacional Electoral (CNE), pero su agrupación política, el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT), aseguró que Maduro fue reelecto en unas elecciones “democráticas y soberanas”.
El presidente chileno, Gabriel Boric, que se reunió ayer con Lula, volvió a mostrar su incredulidad sobre los resultados del 28 de julio que, según el gobierno venezolano dan ganador a Maduro por 51,95% de los votos, contra el 43,18% de González.
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras desde Caracas, el politólogo venezolano Nicmer Evans señaló: “Los escenarios son muy complejos. Hay una serie de niveles de incertidumbre que se generan como consecuencia de lo que ya es evidente: un fraude electoral inocultable”.
“No hay ninguna duda de que el apoyo que está recibiendo Maduro a través de China, Rusia, quizás Turquía, Irán, Cuba y Nicaragua son de aparatos que están operando para preservarlo en el poder”, opinó.
“Yo creo que no hay autocracia que resista la presión ciudadana, movilizada activamente, y una comunidad internacional que devele de manera clara y transparente un fraude como se está descubriendo en Venezuela”, afirmó Evans, fundador del Movimiento por la Democracia y la Inclusión.
El analista recordó que “la historia está llena de autócratas que decidieron no entregar el poder, pero siempre hay alguna salida que permite la instauración de la democracia en los países”.
“Así manden a los mercenarios del Grupo Wagner –cosa que no está comprobada en Venezuela- o a una guerrilla colombiana a favor de Maduro, todo eso se desploma en el momento en que los pueblos deciden cambiar de sistema de gobierno. Y Venezuela lo hizo el 28 de julio”, afirmó Evans.
Por eso, el analista señaló que “ahora toca mantener la movilización activa y la presión necesaria para que haya un quiebre interno de parte de ellos, que es quizá lo único que falta para que se inicie una transición” política.
“Pero esto no se va a dar de un día para el otro”, advirtió el politólogo. Y vaticinó que en Venezuela “habrá seguramente un desenlace inédito, apoyado incluso por gobiernos que en su momento respaldaron a Maduro, algo que –insisto- difícilmente se soporta”.
En medio de este panorama, la crisis de Venezuela ha catapultado Lula como el principal líder latinoamericano. El presidente brasileño, junto a su colega colombiano, Gustavo Petro, y de México, Andrés Manuel López Obrador, convocó al dialogo entre el oficialismo y la oposición en Venezuela.
En este contexto, Petro impulsa un acuerdo internacional para forzar la repetición de las elecciones presidenciales en Venezuela, iniciativa que ya fue rechazada por Machado.
El presidente brasileño, de 78 años, teme que si se confirma el triunfo de Maduro a través del fraude se produzca un nuevo éxodo masivo en la región, especialmente hacia algunos países vecinos como Brasil. Se estima que un total de 7,7 millones de venezolanos huyeron de Venezuela en las últimas décadas.
“Hay fuerzas que no apoyaron electoralmente a González que se están sumando a la defensa de la democracia, en rechazo a la dictadura y al fraude”, afirmó el politólogo Evans. Por eso, hoy la gran pregunta sigue siendo la misma de siempre. ¿Entregará Maduro el poder?