Buenos Aires, (ANP) – Las consultoras económicas venían anticipando que el crecimiento económico del primer trimestre del año podía ser efímero dados los fuertes desequilibrios que tiene la Argentina. Y los últimos datos del INDEC lo confirmaron. Con la caída del 5,5% de la actividad de mayo, sumado a la baja de abril, la economía registra una baja del 0,12% entre enero y mayo comparado con igual período del año pasado.
«Con los datos de los últimos dos meses (-1,9% acumulado), se diluyó el crecimiento conseguido durante el primer trimestre (1,3%). En efecto, corridos 5 meses la economía promedia una caída de 0,12% mensual desestacionalizada», señala la consultora LCG en su último informe.
El informe indica que «en línea con lo anticipado en nuestro informe semanal, la economía se contrajo 0,1% contra abril medido en términos desestacionalizados. Contra un año atrás la caída se eleva a 5,5%».
En el desagregado sectorial se observa que las caídas en el Agro (-44%) y en la Pesca (-23%), sumado a la baja en Electricidad, Gas y Agua y en Transporte y Almacenamiento (-7% y – 3%, respectivamente) fueron determinantes al restar conjuntamente 5,7 puntos de crecimiento.
De acuerdo con LCG «en contraposición, los sectores más tradicionales presentaron una moderada expansión, insuficientes para compensar esta baja. Comercio, Construcción e Industria crecieron un 3%, 2% y 0,1% anual, respectivamente».
El informe indica que «la economía opera en los niveles de principios de 2022, cuando todavía salía de los efectos de la pandemia. Produce 3,9% por debajo del último techo (noviembre 17)».
LCG sostiene que «el dato de mayo confirma lo fugaz del crecimiento de los primeros meses de 2023 (0,7% contra diciembre) influenciado por un cuarto trimestre en baja y por cierta liberación de las importaciones».
«En los últimos dos meses se está poniendo en evidencia el impacto que tuvo y, posiblemente, siga teniendo la histórica sequía en lo que queda del año», añade el informe.
En ese sentido, se prevé que «para adelante será difícil esperar un flujo de importaciones similar al del primer trimestre, que el consumo traccione en la medida que los salarios y beneficios sociales pierden poder adquisitivo con la aceleración de la inflación, que se reanude la inversión ante la cercanía de las elecciones presidenciales, y que el sector público pueda contribuir positivamente teniendo que lograr alguna convergencia en sus cuentas».
«Con todo, esperamos una caída de la actividad en torno 2,7% anual promedio en 2023», estima la consultora..