BUENOS AIRES (ANP) La caída del precio de la soja al nivel más bajo en cuatro años impactará de lleno en la economía argentina, por tratarse del principal complejo de exportación, con consecuencias que van más allá de su impacto en la balanza comercial y se extenderá a varios flancos de la actividad local, de acuerdo con el pronóstico plantado por la consultora Invecq.

Además de su incidencia en el nivel de las reservas internacionales, la menor recaudación por Derechos de Exportación y las complicaciones para hacer frente a vencimientos de la deuda pública, también deben tenerse en cuenta las consecuencias microeconómicas, al resentirse los ingresos esperados por los productores de la oleaginosa y, de esa manera, resentirse el potencial derrame en sus zonas de influencia.

«La soja se posiciones por debajo de los US$ 350 por tonelada en Chicago, cayó más de 25% en lo que va de 2024 y alcanzó el precio más bajo de los últimos cuatro años; en términos reales es el menor valor desde 2006», remarcó la entidad presidida por Esteban Domecq, que señaló que el mercado «se estaría adelantando a una abultada cosecha de Estados Unidos» y que el Departamento de Agricultura de ese país «proyecta un aumento significativo en la producción para la campaña 2024/2025».

En términos macroeconómicos, Invecq sostuvo que «la caída de los precios internacionales tendrá un impacto directo en el valor de las exportaciones argentinas, el cual se cuantifica en una reducción de US$ 4.700 millones para 2025», con una merma en la oferta de dólares que, aseguró, «agravaría la situación cambiaria actual, que desde hace algunos meses se tensionó».

Pero, además, la consultora prevé que «el panorama se complica aún más hacia adelante», debido a que se espera un aumento en la demanda de divisas por importaciones, dada la recuperación de la economía y el nuevo esquema de pagos, y también «el gobierno deberá enfrentar vencimientos de deuda en moneda extranjera por US$ 19.000 millones en 2025 , entre OOII, bonos del Tesoro y BOPREAL».

«Por lo tanto, el esquema cambiario se muestra cada vez más comprometido a futuro, lo que genera un debate entre economistas sobre su sostenibilidad», consideró, por lo que se inclinó por una recalibración, admitiendo que «hay margen» para que esa estrategia sean exitosa, «aunque implique una aceleración inflacionaria transitoria, con impacto en la actividad».

Por otra parte, Invecq subrayó que «la caída del precio de la soja golpea directamente en el poder de compra interno de la tonelada, que se encuentra en su nivel más bajo en más de tres décadas, afectando las condiciones económicas de miles de productores».

Para aproximarse a los valores promedio de 1992 a 2024 deberían eliminarse las retenciones, «una medida que actualmente es fiscalmente inviable», evaluó.

«No consideramos que el sector vaya a desacelerarse por estos factores, sino que representarán un techo para su potencial crecimiento», explicó, al tiempo que advirtió que de cara al futuro, «el accionar de la Fed adquiere aún mayor relevancia para la Argentina, dado que con una reducción de tasas podríamos ver un rebote en los precios de commodities».

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Por NP