Buenos Aires, dic 12 (ANP).- La recuperación de los niveles de actividad industrial que muestran las estadísticas en 2021 será “imposible” de sostener en 2022, debido a que el impulso que le dio origen “está pronto a acabarse”, aseguró la consultora Invecq.

La entidad señaló por un lado que el año próximo ya no estará el efecto estadístico por la baja base de comparación que representaron los primeros meses de la pandemia de coronavirus (ausencia que comenzó a percibirse en los últimos meses de 2021) y que, además, los “motores” de las tarifas subsidiadas, atraso cambiario, cepo comercial y controles de precios no podrán continuar con la misma intensidad.

En ese sentido, la consultora dirigida por Esteban Domecq subrayó que si bien la actividad industrial mostró en el acumulado de los primeros diez meses un incremento del 17% respecto del mismo período del año anterior, esa mejora se va atenuando hasta desaparecer: “entre diciembre del 2020 y octubre del 2021 la actividad no ha avanzado nada, es decir que toda la recuperación interanual es explicada por el efecto arrastre del segundo semestre del 2020”, explicó.

Sin embargo, para Invecq los números globales, que muestran un PBI con un aumento del 10% y recuperando todo lo perdido el año pasado, “incentivan al oficialismo, que busca configurar un escenario discursivo de fuerte y sostenida recuperación de la actividad para el año que viene”.

Pese a ese optimismo en el Gobierno, para Invecq “hay muy pocas probabilidades de que esto sea así”, ya que “este fuerte repunte de la actividad parece ser un fenómeno transitorio conseguido a fuerza de impulsos de todo tipo y controles que en el corto plazo generan un push de demanda, pero a mediano plazo limitan el crecimiento”.

“A medida que la normalización económica siguiera tomando forma, la dinámica de la actividad industrial no sería posible de mantenerse en ausencia de condiciones genuinas de orden macroeconómico”, advirtió.

Asimismo, señaló que “el impulso de la demanda agregada comenzaría a impactar en los sectores de servicios a medida que iban reabriendo y el impulso artificial que había tenido la actividad industrial en gran parte del 2020 iría perdiendo fuerza. Ese es en parte el fenómeno que explica que en los diez meses del 2021 la industria no haya podido consolidar una tendencia creciente. Y esto ocurre aun en un contexto de amplia brecha cambiaria, fenómeno que incentiva al sector como forma de dolarización vía adquisición de bienes con componentes importados”.

Invecq puntualizó además que hay “un fenómeno similar” en el mercado laboral, en el que en el empleo registrado privado “aún no se ha logrado retornar a los valores normales previos a marzo 2020” y en cuanto a los ingresos reales “se observa un estancamiento en los últimos meses que expone que la recuperación de los primeros meses del 2021 no ha logrado mantenerse aún en condiciones de reaperturas de paritarias”.

“En términos reales, los salarios del sector privado no logran sobrepasar de forma clara los 97.000 pesos constantes desde abril de este año. Esto significa que aún con negociaciones salariales, que en términos nominales han llevado a los salarios del sector privado a aumentar por encima del 50% interanual, y controles de precios varios no es fácil conseguir una recomposición del poder adquisitivo de los trabajadores”, indicó.

Por otra parte, Invecq destacó que ese estancamiento tuvo lugar “en un año que fue particularmente positivo desde las condiciones externas” con un aumento del ingreso por exportaciones de US$ 10.000 millones por la suba de los precios internacionales y condiciones financieras internacionales “inmejorables”.

“Difícilmente el año 2022 tenga todas o algunas de estas condiciones positivas. Los precios de los commodities están en buenos niveles, pero bastante menores a los del año pasado por lo cual no es esperable un efecto ingreso vía exportaciones, las condiciones monetarias y financieras pueden comenzar a tensarse más temprano que tarde dado el despertar de la inflación en Estados Unidos”, remarcó.

Pero también señaló que “más allá de lo que tenga el mundo para ofrecernos, los mayores desafíos estarán adentro”, debido a que “necesariamente el 2022 deberá ser un año de correcciones macroeconómicas ya sea en el marco de un acuerdo con el FMI o no”.

“Sin previsibilidad y con la cuenta financiera cerrada, el gobierno se enfrenta a un escenario de ‘restricción externa’ en el cual será imposible sostener el ritmo de recuperación de este año durante el 2022. Ni siquiera el 4% presupuestado luce posible hoy a la luz de los grandes desequilibrios acumulados”, sentenció Invecq.

Por NP