La participación del Mercosur en el comercio internacional argentino anotó en 2022 su tercer año consecutivo de caída y representó 20,5% del total, según un informe dado a conocer hoy por la Fundación Libertad y Progreso.
“En el acumulado enero-noviembre, la suma de las exportaciones e importaciones argentinas al Mercosur llegó a US$ 32.517 millones sobre un total comerciado con el mundo de US$ 158.786 millones”, indicó la entidad, que recordó que “el máximo nivel histórico fue en 1997, cuando representó el 30,3% de los totales exportados e importados”.
La participación del bloque regional en el comercio exterior argentino es la más baja desde 1991 (antes de que se constituyera formalmente la Unión Aduanera), cuando fue de 18,3%” y la Fundación acotó al respecto que “desde la firma del Tratado de Asunción (el 26 de marzo de 1991), en promedio el bloque representó 25,6% del comercio argentino”.
“Incluso en términos nominales, el intercambio comercial acumulado en los primeros once meses de 2022 (US$ 32.517 millones) está 23% por debajo del registrado en el mismo período de 2011 (US$ 42.344 millones)”, agregó.
Para el economista jefe de Libertad y Progreso, Eugenio Marí, “el Mercosur está entre los bloques económicos más cerrados al comercio, pero no solo respecto al resto del mundo, sino también en lo que hace al comercio interno”.
“Esto ha llevado a que sea cada vez menos relevante para el comercio de los países que lo integran. Para Brasil el Mercosur pasó de representar casi 20% del comercio a menos del 9%; para Uruguay de más del 50% a alrededor del 25%; y para Paraguay de casi el 90% a alrededor del 40%”.
Marí sostuvo que “hoy el Mercosur no cumple con la definición de mercado común. Si bien con su creación en 1991 se aspiró a alcanzar el libre tránsito de bienes, personas y factores productivos, la realidad es que el comercio sigue ampliamente regulado y restringido. Abundan las barreras paraarancelarias, las aduanas y controles evitan el libre movimiento entre países, las regulaciones entre los 4 países miembro no están armonizadas, las políticas económicas no están coordinadas, y varios sectores productivos, incluyendo el automotor, quedaron directamente fuera del Mercosur”.
Marí agregó que “ante la falta de avances conjuntos, en los últimos años varios países han apostado por la vía unilateral. Así lo hizo Brasil bajando aranceles y también Uruguay lanzando el diálogo para alcanzar un tratado de libre comercio con China. Estas son señales de que hay que empezar a tomar medidas para concretas para hacer que el Mercosur se convierta en una verdadera plataforma de integración o, de lo contrario, arriesgar su ruptura”.
Aldo Abram, director en la Fundación Libertad y Progreso se mostró poco sorprendido por el mal momento: “No es de extrañar que estemos en los peores momentos con el Mercosur. Este Gobierno tiene una impronta proteccionista. Se nota en las restricciones para que el Mercosur se integre al mundo y con las trabas comerciales que le impone al resto de los países que lo integran”.
El economista añadió que esta situación se empeora por los controles cambiarios: “El cepo provoca cada vez mayor escasez de divisas en el mercado oficial de dólares, esto implica que se restringe la venta de divisas a aquellos que quieren importar bienes de países del Mercosur”, finalizó.