BUENOS AIRES (ANP).- La decisión del gobierno de echar a dos funcionarios muy cercanos al secretario de Agricultura, Fernando Vilella, refleja a la difícil relación que mantiene el Gobierno con el sector agropecuario.
En la tarde de este viernes, y de improviso, como es la constante del gobierno de javier Milei, le anunciaron a Vilella sobre la cesantía de los subsecretarios de Planeamiento Productivo, Pedro Vigneau y de Agricultura, Germán Di Bella.
Los rumores arreciaron. A Vigneau lo echaron desde el Ministerio de Economía que comanda Luis Caputo. En el caso de Di Bella la orden partió directamente de la Jefatura de Gabinete a cargo de Nicolás Posse.
Los despidos no son hechos menores. Se producen una semana después de que la Mesa de Enlace dejara detrás su silencio y advirtiera que si no se sacan las retenciones, se pone en riesgo la próxima campaña de trigo que comenzará a sembrase en los meses venideros .
Es que el aumento del 180% del tipo de cambio ocurrido en diciembre, si bien fue un aivio para el sector agro exportador, se vio afectado por la imposición del Impuesto País a todas las importaciones, entre ellos los insumos agrícolas, y una fuerte caida del 20% en el precio de los granos.
Es más, la semana pasada, la Bolsa de Cereales emitió lo que lo que está en juego: según sus analistas, de lo que decidan los funcionarios están en juego la siembra de 770/780 mil hectáreas, que es aproximadamente un 15% de la superficie lograda años anteriores, de unas 6 a 7 millones de hectáreas.
A su vez, dice el informe, “el aumento del área sembrada tendría un efecto directo en el nivel productivo, el cual podría variar entre 850.000 toneladas adicionales y 2,8 millones de toneladas , dependiendo del escenario considerado.
Para que esto suceda Javier Milei y Luis Caputo deberán incentivar la siembra por vía de una mejor tasa de rentabilidad. Y esto podría suceder ya sea por una mayor devaluación o unificación cambiaria; la baja de retenciones que permanecen en el 12%; o una fortísima baja de los costos, en especial en fertilizantes.
Todos estos reclamos hicieron eclosión el viernes con el pedido de la renuncia de Vigneau y Di Bella por no haber podido “parar” el creciente malestar de los productores agropecuarios.