Los precios de los alimentos aumentaron en la Argentina cuatro veces más que en el resto de los países de América Latina, en el marco de un rebrote inflacionario que más allá de su alcance mundial, deja en evidencia las diferentes situaciones nacionales.
Un reciente estudio del economista del IERAL de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, puso de manifiesto la mayor inflación en el caso de la Argentina al comparar la evolución de los precios de los alimentos, según los últimos relevamientos de la Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en base al valor internacional de una canasta de alimentos.
Esa canasta “se incrementó 3,3% en promedio mensual en los primeros 5 meses de 2022”, destacó Garzón, lo que demuestra “una aceleración importante si comparamos con el ritmo de años previos: 0,6% y 1,7% mensual, respectivamente”, en una lista encabezada por los aceites (5,1%) y los cereales (4,3%).
“Este 2022 también muestra una clara aceleración de la inflación de alimentos a nivel regional”, agregó el economista.
Al indagar en los precios finales de 11 países de Latinoamérica y en base a una canasta más amplia que la que mide FAO, la inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 0,6% mensual en 2021, acelerándose a 1,4% en 2022.
Si embargo, “en Argentina, ese aumento llegó a alcanzar el 6,4% en el primer cuatrimestre de 2022”, más que el cuádruple que el resto de la región.
Para Garzón, “la principal razón para explicar la creciente inflación en el mundo se encuentra en las políticas expansivas aplicadas por los gobiernos para mitigar los efectos de la pandemia”.
“El aumento del gasto público, la emisión de dinero y las tasas de interés reales muy bajas tuvieron un costo inflacionario una vez superada la pandemia. Esto puede verse reflejado en nuestra región. Luego de un 2020 muy estable, la inflación empezó a subir en 2021 para tomar más velocidad en 2022”, explicó.
Garzón agregó al tipo de cambio como otra “variable determinante” y en ese aspecto también estableció diferencias entre la Argentina y el resto de América Latina.
“Al subir los precios de los commodities, los países exportadores mejoran su balanza comercial, sus monedas se aprecian buscando contrarrestar el traslado de los precios externos a los locales. En Argentina, sin embargo, eso no fue así. Se aceleró la depreciación de la moneda, generando un doble efecto sobre los precios internos”, señaló.
El economista del IERAL concluyó que “en un escenario local en el que los planos fiscal, monetario y cambiario no ayudan a mitigar los factores externos, la Argentina lidera el fenómeno de inflación en la canasta de alimentos y se encuentra frente a muchos obstáculos para resolverla”.