BUENOS AIRES, MAY 9 (ANP).- La Asignación Universal por Hijo podría multiplicarse por cinco si se destinara a ese beneficio el dinero que se orienta a los subsidios a la energía eléctrica y el gas, aseguró hoy Ecolatina.

La consultora publico un informe en el que dio cuenta que los subsidios económicos saltaron a más de 100% el año pasado y desde esa base crecieron casi 80% interanual en el primer trimestre del 2021, casi el doble de la inflación.

A partir de estos, números los subsidios “vienen ganando peso como porcentaje del PBI, pasando de 1,6% en 2019 más de 3% este año”, agregó el informe.

Ecolatina, luego de contemplar las dificultades que tendría la tan anunciada segmentación de las tarifas apuntó a que “si se eliminaran completamente los subsidios energéticos, podría recortarse en siete puntos la alícuota del Impuesto al Valor Agregado (del 21% al 14%) “o más que quintuplicarse la Asignación Universal por Hijo, ya focalizada en las familias de menores recursos”.

La consultora que dirige Lorenzo Sigaut Gravina recordó que durante el anterior gobierno kirchnerista, el congelamiento de tarifas, hizo que el país “pasara de tener un superávit de US$ 6.000 millones en 2006 a ser un importador neto de energía por más de US$ 7.000 millones en 2013”, es decir, perdiendo US$ 13.000 millones en solo siete años.

En ese período “la inflación volvió a tomar fuerza, sin que las tarifas se actualizarán” y además generó “inequidades”, al subsidiarse a los usuarios de Capital Federal y el Gran Buenos Aires, quienes “pagaban tarifas más baratas que el resto del país”.

Actualmente, “los subsidios vienen elevándose al ritmo del retraso tarifario, generando una distorsión de precios poco sostenible, que eventualmente deberá corregirse, aunque más no sea parcialmente”.

Si bien “aumentar las tarifas puede ser indeseable en lo inmediato y afectar al humor electoral” a menos de seis meses de las elecciones “su congelamiento demanda crecientes recursos fiscales y de dólares” por lo que el resultado de esas medidas “podría ser incluso peor: mayores expectativas de devaluación o un salto de los tipos de cambio paralelos afectarían más al humor electoral que una actualización del precio de los servicios públicos”.

Por NP