Buenos Aires, (ANP) – Para medir cuán liberal resultó el presidente Javier Milei es necesario mirar las opiniones de los liberales históricos, aquellos que mantienen la pureza ideológica y que se han puesto en una vereda paralela a la del mandatario libertario. De esas opiniones y de los resultados de la política de estabilización que lleva a cabo el ministro de Economía, Luis Caputo, se puede concluir que puestos a gobernar, en general todos terminan en el mismo callejón.
Al contrario de lo que prometía Milei en campaña electoral, en vez de destruir al peso (al cual consideraba un excremento) lo ha rescatado. Ha tomado todas las medidas necesarias para limpiar la hoja de Balance del BCRA. Ha terminado con el uso de instrumentos de política monetaria remunerados, ha resuelto el problema de la deuda de los importadores, y generó condiciones para el «carry trade» lo que ayudado por el blanqueo de u$s20.000 millones en efectivo, estabilizó el dólar.
Con el dólar estable y en baja y el ajustazo fiscal de unos 4,4 puntos del PBI en 2024, puso en letargo el tipo de cambio y desaceleró la inflación. Pasará de 117% en 2024 a 25% en 2025.
El costo es que el tipo de cambio real, el que mide el BCRA en función de los precios de los productos que comercia Argentina con los 12 socios comerciales mas importantes, volvió al nivel que tenía cuando asumió Luis Caputo la conducción del Palacio de Hacienda y devaluó el peso. Volvió al mismo punto en que lo había dejado Sergio Massa pero con salarios mas bajos.
Pero todo este esquema es corrido «por derecha» por economistas que han asumido una postura crítica contra Caputo. Una conclusión que se puede sacar de ello es que a los ojos de los «verdaderos» liberales Milei quedó atrapado en una trama gradualista. El gobierno generó condiciones para que los inversores vendieran dólares, se pasaran a pesos e «hicieran tasa» que va mas arriba de la devaluación del 2% mensual. Los dólares del blanqueo y los del «carry» aplastan el blue.
Eso sirve para manejar la coyuntura, pero en la mirada de los liberales, no resuelve los desequilibrios de fondo. Estos planteos implican que el gobierno tendría que resolver nuevamente los desequilibrios mediante una enorme licuación vía devaluación. Lo que sería dejar el dólar que suba hasta donde diga el mercado:
Roberto Cachanosky: Un préstamo de fondos frescos del FMI para evitar una suba del dólar en caso de que si se elimina el control de cambios suba el dólar, es un premio a quienes apostaron a la bicicleta financiera o carry trade como se dice ahora. Si alguien vendió dólares apostando a que la tasa le iba a ganar a la suba del dólar y termina perdiendo en la apuesta porque de repente el tipo de cambio se dispara, no luce ni ético ni eficiente desde el punto de vista económico que el Estado salga a ayudarlo. No es ético porque si alguien apuesta a la tasa vendiendo sus dólares esperando obtener una ganancia del 35% anual en dólares y le va mal, que el que apostó asuma la pérdida. No hay ninguna razón para que el Estado le transfiera esa pérdida al resto de la población vía el endeudamiento que luego tendrá que pagar la gente que no apostó a la bicicleta financiera. Además, es ineficiente desde el punto de vista económico porque da la señal de que el Estado estimula la bicicleta financiera en vez de invertir en producción, y si el que apuesta a la bicicleta pierde, el Estado le da un seguro contra pérdidas que paga el contribuyente.
Carlos Rodríguez: El Estado no está para manejar un casino con plata de los contribuyentes. El mercado cambiario debe flotar libremente, sin ninguna injerencia Estatal. Con mercado cambiario flotante y libre, el atractivo del carry desaparece.