BUENOS AIRES (ANP).- La gran duda de las elecciones del 5 de noviembre es saber si finalmente Joe Biden desistirá de ser candidato a la reelección, porque hoy todo parece indicar que el magnate Donald Trump se convertirá de nuevo en presidente de Estados Unidos.

Esta semana, el ex mandatario fue proclamado candidato durante la Convención Nacional del Partido Republicano reunida en Milwaukee, Wisconsin, tras ser herido de bala en su oreja derecha por Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años que fue abatido por agentes del servicio secreto, el pasado 15 de julio.

En Milwaukee, ubicado en el centro del país, Trump (2017-2021) volvió a hablar de muchas de sus obsesiones, entre ellas la inmigración ilegal y de la construcción de un muro en la frontera sur con México.
Y también repitió que la invasión de Ucrania por parte de Rusia, iniciada el 24 de febrero de 2022, nunca hubiera ocurrido si él hubiera estado en la presidencia de la Unión.

Todo ocurrió en una semana donde varias figuras del Partido Demócrata, entre ellas el ex presidente Barack Obama, pidieron que Biden, de 81 años, reconsidere su candidatura presidencial.

Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro del presidente estadounidense aumentó aún más cuando el miércoles confesó que sufre de Covid-19.

Desde entonces se encuentra aislado en su domicilio. Por eso se aguarda con expectativa la Convención Nacional del Partido Demócrata que deberá proclamar al mandatario, entre el 19 y el 22 de agosto.

Los dirigentes más influyentes de esta agrupación política, entre ellos la ex Speaker de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el abogado Hakeem Jeffries, el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer y el influyente congresista Adam Schiff, han mantenido conversaciones privadas para hablar del eventural retiro de Biden.

Schiff, concretamente, pidió el miércoles que el mandatario dé un paso al costado, y calificó a Trump como “una amenaza para los cimientos de la democracia”. El domingo, el legislador había dicho que la vicepresidenta Kamala Harris podría ganarle de manera “abrumadora” a Trump.

Ninguno de ellos quiere ser acusado de deslealtad. Pero tampoco buscan ser cómplices de una eventual derrota demócrata.

Según informes del diario The New York Times, Biden estaría perdiendo fuerza en tres estados: Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que son necesarios para que Biden sea reelegido presidente. También hay evidencias de que el mandatario está disminuyendo el caudal de apoyo en Nevada, Georgia y Arizona.

Nate Silver, un escritor que es considerado un gurú de los pronósticos electorales mediante estadísticas, dijo que Trump alcanzó una ventaja del 71,4% contra el 28,2% de Biden, de acuerdo a sus mediciones del 18 de julio, informó el diario USA Today.

La jefa de campaña de Biden, Jen O´Malley Dillion, admitió el viernes un descenso en el respaldo al presidente demócrata, pero insistió en que el jefe de Estado permanecerá en la contienda electoral, ya que cuenta con muchos caminos para vencer a Trump.

“Con atentado o sin atentado contra Trump, Biden camina hacia una derrota. El problema es que el Partido Demócrata puede sufrir una catástrofe electoral en el Parlamento”, dijo el analista Norberto Consani.

Actualmente, la Cámara Representantes está compuesta por 222 republicanos contra 213 demócratas, con una vacante libre. Pero el Senado es controlado por los demócratas (51 a 49). El Colegio electoral, formado por 538 electores, decide el resultado de la elección. Se necesitan al menos 270 votos para ser presidente.

Consani, director-fundador del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), dijo a la agencia Nuevas Palabras que un posible triunfo de Trump “representa un problema de cara al futuro, sobre todo para los pobres inmigrantes, la libertad de expresión y el periodismo independiente”.

“Su victoria le dará aire a otros líderes de la ultraderecha como (el argentino Javier) Milei, el brasileño Jair Bolsonaro y el salvadoreño Nayib Bukele”, dijo el investigador del IRI.

Pese a sufrir un intento de magnicidio, llevado a cabo con un rifle semiautomático AR-15, Trump defendió la posesión de armas, tal como estipula la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense.

La foto que lo muestra ensangrentado, con el puño alzado bajo los colores celestes del cielo y de la bandera estadounidense, protegido por un grupo de guardaespaldas, gritando “fight” (pelea) a sus partidarios, es una postal del carisma de este político que puede volver a convertirse en el hombre más poderoso del planeta.

Es indudable que algo del aire provocativo de Trump, de 78 años, ya empieza a verse en el horizonte: en Milwoukee, dijo que implementará una fuerte política antiinmigrante para detener a “los asesinos que llegan de Latinoamérica”.

Por NP