BUENOS AIRES (ANP).- El presidente estadounidense Donald Trump desarrolla un arriesgado juego político para poner fin a la guerra de Ucrania, aunque a simple vista Kiev no parece dispuesta a aceptar una derrota indecorosa que fortalezca a Vladimir Putin.

Las negociaciones, lanzadas el lunes luego de una conversación telefónica de 90 minutos que mantuvo el jefe de la Casa Blanca con el presidente ruso, rechazan el eventual ingreso del ex satélite soviético a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Al respecto, el secretario de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, advirtió que el resultado de la charla entre el magnate y Putin no puede ser percibido “como una derrota para Occidente».

En este contexto, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, explicó que la posible firma de un acuerdo de paz no podrá hacerse sin tener en cuenta que volver a las fronteras anteriores a 2014 es un objetivo “poco realista”.

También repitió que es necesario que los aliados europeos aumenten sus gastos de defensa, pasando de un 2% a un 5%, ya que no es suficiente la cifra actual para hacer frente a todos los problemas del Viejo Continente.

En resumen, según Washington, Ucrania debería renunciar a sus aspiraciones de recuperar la península de Crimea y la región del este ucraniano conocida como Dombass. Se estima que los rusos ya controlan el 20% del territorio.

“Trump le quitó el temor a Putin de que Ucrania va a entrar en la OTAN; tampoco se va a negociar Crimea, con lo cual el Kremlin no saldría tan golpeado mediáticamente y no perdería tanto en un conflicto que lo ha desgastado bastante”, dijo el analista Gustavo Alejandro Cardozo.

En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, el investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Brasileños, especializado en la política doméstica de China, dijo que “hay una fuerte postura de la Casa Blanca en presionar a Rusia en la mesa de negociaciones”.

Cardozo, sin embargo, advirtió: “No solamente se está negociando entre estos dos países, sino que el presidente estadounidense trata de incorporar también a Arabia Saudita, país que tiene que ver con la ruta del petróleo mundial”.

“Quiere traer a un jugador regional como Riad, que está negociando con Israel una tregua en Palestina, por lo que significa un contrapeso a lo que es Irán en Medio Oriente. Yo creo que ahí va a estar centrado todo este juego político”, afirmó.

El experto opinó, además: “Si Trump sale victorioso, tanto en Ucrania como la pacificación del conflicto entre israelíes y palestinos, que es mucho más complejo que el de Kiev y Moscú, yo creo que puede ganar el Premio Nobel de la Paz”.

Fiel a su fama de hombre de negocios, el jefe de la Casa Blanca busca asimismo un pacto con el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, para tener acceso a las tierras raras, nombre común dado a 17 elementos metálicos para fabricar imanes, con el fin de seguir apoyando a Ucrania.

Washington le pidió a Kiev 500.000 millones de dólares en tierras raras, admitió Trump a la cadena Fox News, el 11 de febrero.

El líder republicano, cuyo gobierno es el mayor aliado militar y económico de Kiev, fue más que sincero: “Puede que lleguen a un acuerdo, puede que no. Puede que algún día (los ucranianos) sean rusos, o puede que algún día no lo sean. Pero vamos a tener todo este dinero ahí y digo que lo quiero de vuelta”.

Zelenski, sin embargo, advirtió que no aceptará ningún pacto en el que Kiev no esté involucrado.

Al conocerse las primeras noticias del plan, tanto Francia como Alemania, los dos gigantes europeos criticaron al presidente norteamericano.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó: “Desde mi punto de vista hubiera sido mejor hablar de Ucrania como un posible miembro de la OTAN, o de la posible pérdida de territorio en la mesa de negociaciones”.

París, por otra parte, insistió en que cualquier pacto sobre Kiev debe hacerse con la presencia de representantes ucranianos y europeos.

Se espera que surjan nuevos detalles durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, que se realiza desde hoy hasta el 16 de febrero en esa ciudad del sur de Alemania.

No hay duda de que el presidente de Ucrania teme ser traicionado.

Por eso no ocultó su fastidio por la decisión de Trump de hablar primero con Putin para acordar un eventual convenio de paz. La guerra ya causó la muerte de más de un millón de personas, entre ellos más 600.000 rusos, según fuentes occidentales, citadas por la prensa.

El líder republicano, tras asumir por segunda vez la presidencia el 20 de enero, se mueve como si fuera el amo absoluto del mundo.

Según el diario ucraniano Strana.ua, que cita un borrador del acuerdo de paz, el día final de la guerra entre Moscú y Kiev sería el 9 de mayo, fecha en la que se celebra en Rusia el “Día de la Victoria” sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Por NP