BUENOS AIRES (ANP).- Benjamin Netanyahu posee las agallas necesarias para asesinar a los principales jefes militares de Irán, pero aún parece inseguro cuando tiene que negociar con Hamas el retorno de los rehenes israelíes secuestrados el 7 de octubre de 2023.

De ser un valioso aliado de Estados Unidos en Medio Oriente, el primer ministro israelí, de 75 años, a veces suele convertirse en un obstáculo para los planes pacificadores del presidente estadounidense, Donald Trump.

Acusado por el ex mandatario Bill Clinton de iniciar una guerra con Irán, el pasado 12 de junio, para perpetuarse en el cargo, Netanyahu se reunirá el lunes por tercera vez en la Casa Blanca con el magnate norteamericano.

Pese a las críticas que enfrenta por la muerte de miles de palestinos, el premier israelí parece sentirse un hombre victorioso luego de que Estados Unidos bombardeara el 22 de junio las tres principales centrales nucleares iraníes.  Teherán, por su parte, admitió que hubo “graves daños” a sus plantas atómicas, pero no renunció a su programa de enriquecimiento de uranio con “fines pacíficos”.

Netanyahu ha confesado muchas veces que su objetivo principal es destruir completamente al grupo islámico. Sin embargo, el líder del Likud admitió a fines de mayo que su gobierno permitió que Qatar transfiriera fondos a Hamas desde 2018, aunque negó que ese dinero fuera responsable del ataque del 7 de octubre de 2023.

Ese día, el grupo islámico palestino asesinó a sangre fría a 1.200 personas, en su mayoría civiles y niños, y secuestró a otras 251 en el sur de Israel. Algunos analistas sostienen que el premier hebreo buscaba con esos fondos contrarrestar la influencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Gaza y Cisjordania.

Un día después de aquella matanza, la periodista israelí Tal Schneider dijo en un artículo publicado en el diario Tiempos de Israel que “la idea era impedir que (el presidente palestino, Mahmud) Abbas —o cualquier otra persona en el gobierno de la ANP— avanzara hacia el establecimiento de un Estado palestino”.

Esta semana, Hamas dijo que está consultando con otros grupos palestinos antes de responder a una propuesta de cese el fuego por 60 días, formulada por Trump, aunque manifestó su voluntad de negociar el fin de la guerra en Gaza. El grupo islámico pide la retirada de Israel y ayuda humanitaria.

El mandatario estadounidense, a todo esto, dijo que Israel aceptó la tregua para negociar luego el fin de los 20 meses de la guerra en ese territorio ocupado. De acuerdo a la propuesta del líder republicano, el grupo islámico debería liberar a 10 rehenes con vida y entregar los cuerpos de otros 15 fallecidos.

Se cree que existen aún alrededor de 50 personas en poder de Hamas, de las cuales la mitad de ellas habrían fallecido, según informes de diarios israelíes.

Tras asesinar al general de división iraní, Mohammad Bagheri, jefe del Estado mayor de las fuerzas armadas y segundo comandante después del líder supremo Ali Jamenei, y al comandante del cuerpo de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami, entre otros mandos de jerarquía, Netanhayu se siente satisfecho por los resultados de su ofensiva contra los persas. De todos modos, advirtió que habrá otros ataques si Teherán retoma su programa nuclear.

Aunque muchos israelíes lo consideran un “héroe”, para otros “Bibi”, como le dicen sus íntimos, es un criminal de guerra o un genocida.

La Corte Penal Internacional (CPI) ordenó el 21 de noviembre de 2024 el arresto del primer ministro israelí, y de su ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por crímenes de guerra y contra la humanidad.

Desde aquel ataque de Hamas, el Estado Hebreo comenzó una serie de bombardeos contra Gaza que hasta la fecha causaron la muerte de más de 56.600 palestinos, de acuerdo a informes del Ministerio de Salud controlado por el grupo islámico.

El 26 de junio, Trump pidió la cancelación del juicio contra Netanyahu por corrupción que se lleva a cabo en Israel, señalando que es “una cacería de brujas” por motivaciones políticas.

Entusiasmado por los resultados del ataque de EEUU contra Irán, el magnate calificó de “héroe” al premier hebreo, procesado por los delitos de cohecho, fraude y abuso de confianza.

El diario israelí Haaretz, refiriéndose al pacto de 60 días propuesto por Trump, señaló en un artículo editorial que “solo se espera que se intensifique la cooperación entre los miembros de extrema derecha del Gabinete, Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, para amenazar políticamente al primer ministro y sabotear el acuerdo”.

Estos dos ministros son muy importantes para que Netanyahu pueda sobrevivir políticamente. Smotrich, un autoproclamado “homófono fascista”, es ministro de Finanzas. Ben Gvir, quien controla la cartera de Seguridad, fue acusado de incitación al odio contra los árabes.

El líder del derechista Likud es sumamente intrigante. Por ahora, no quiere ser un hombre de paz, como lo fueron en su momento Isaac Rabin (Acuerdos de Oslo en 1993) o Ariel Sharon (retiro unilateral de la Gaza en 2005)

Por NP