BUENOS AIRES (ANP) La brecha entre la inflación argentina y la del resto de los países de América Latina continuó quedando en evidencia en julio, en lo que todo indica será la antesala de una diferencia aún más amplia en agosto, cuando la devaluación empiece a mostrar sus efectos en el índice de precios al consumidor local.

Un promedio simple de los dieciséis países que dieron a conocer sus datos estadísticos -con la excepción de Venezuela- indicó que la inflación de la región fue el mes pasado del 0,22%, en tanto el promedio interanual quedó en el 4,35%, desempeños que dejan en evidencia la falacia del argumento de una supuesta «tendencia alcista» que hasta no hace mucho tiempo seguían esgrimiendo algunos voceros del gobierno de Alberto Fernández y su ministro y candidato a sucederlo, Sergio Massa.

Por el contrario, el 6,3% mensual y el 113,4% interanual que diera a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dejan en evidencia el carácter exclusivamente nacional de la inflación argentina, 29 veces superior a la del resto de la región en julio y 26 veces mayor en el acumulado de los últimos doce meses.

En el caso de la inflación interanual que, por su extensión, disipa cualquier excusa de fenómeno estacional o extraordinario, los contrastes con los países latinoamericanos son contundentes: salvo Colombia, todos tienen índices de un dígito, con cuatro casos destacables, como los de Bolivia (42 veces menos que los 113,4 puntos de la Argentina), Ecuador (55 veces), Panamá (¡189 veces!) y la inimaginable deflación de Costa Rica, cuyos precios al consumidor son hoy un 2,29% inferiores a los de julio de 2022.

 

Por NP