La Fundación de Investigaciones Económicas latinoamericanas (FIEL) presentó un panorama desalentador en materia financiera y fiscal para lo que resta del año, no por el perfil de la ministra Silvina Batakis y sus colaboradores, sino por el estado de situación heredado, que deja una “frazada cada vez más corta”, con el riesgo -en términos futboleros- de “irse a la D”, en alusión a “un nuevo escenario de default”.

“A pocos días de la renuncia del (ex) ministro Guzmán, ya se lo empieza a extrañar”, acotó Juan Luis Bour, por entender que su dimisión y los hechos posteriores dejaron en evidencia que “no solo se carece de un programa que enfrente el desorden (algo que todos ya intuían) sino que tampoco hay equipo en el Ejecutivo y en buena parte del Congreso que pueda siquiera armar un programa consistente que nos aleje del precipicio”.

Al respecto, señaló que “se puede dar el caso – notable por cierto- que la Argentina enfrente un colapso que empieza por la economía y puede avanzar a otros ámbitos de la sociedad, con el Fondo Monetario observando plácidamente el desenlace desde adentro”.

“Más allá de las interpretaciones futbolísticas, irse ahora a la D implicaría ingresar en un nuevo escenario de default, como está implícito en el precio de la deuda argentina en dólares y en pesos”, planteó.

En ese sentido, Daniel Artana se refirió a la recompra de bonos que “a diferencia de la Reserva Federal o del Banco Central Europeo, será hecha por una autoridad monetaria con patrimonio neto negativo y que tiene un déficit cuasifiscal importante”.

“Además, se agrega emisión cuando la demanda de dinero camina en sentido contrario”, indicó el economista de FIEL, quien señaló que “a la emisión para financiar al fisco se agrega emisión para recomprar deuda, en lugar de, como esperaba el gobierno, colocar más deuda para poder reducir el financiamiento monetario del déficit fiscal”.

Artana sostuvo que “ello lleva a mayor esterilización con Leliqs y pases netos (al revés de lo incluido en el acuerdo con el FMI, que preveía más deuda del Tesoro y menos deuda del BCRA) o a más brecha cambiaria e inflación futura”.

Por su parte, Cynthia Moskovits aseguró que “reducir el déficit es condición necesaria para que esta economía no sufra un shock”, haya o no “cumplimiento del Acuerdo con el FMI en la segunda revisión”.

Esa disminución del déficit, aclaró, “requiere también necesariamente, y aun cuando pudiera haber algún ingreso extraordinario, la reducción del gasto”, algo que ya se observa en el recorte a la obra pública que dejan en evidencia las cifras de la ejecución presupuestaria, pero que, remarcó Moskovits, “tampoco alcanza”.

“Teniendo en cuenta que el 46.5% del gasto primario está en cabeza del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y que allí no hay mucho por hacer en materia de reducción en el corto plazo, los subsidios energéticos siguen siendo la posibilidad y el gran interrogante”, subrayó, en un contexto en el que el único secretario de la gestión Guzmán que continúa en el equipo de Batakis es el de Energía, Darío Martínez.

Desde el punto de vista político, Bour lamentó que “las propuestas que, ante la profundización de la crisis, promueven legisladores oficiales y funcionarios, parecen perseguir un único objetivo: maximizar el desorden y desacreditar el funcionamiento institucional”.

“Para la coalición gobernante, la alternativa es implementar un programa y constituir un equipo de gobierno –más allá del Ministerio de Economía y el Banco Central- que interrumpan el escenario de desorden creciente que la propia coalición ha instalado. Ello no solo implicaría evitar una nueva crisis, sino establecer un puente para acercarse con menores sobresaltos al final del mandato. No parece mucho pedir”.

Por NP