La relativa calma que se viene experimentando en el frente cambiario en las últimas semanas y la persistencia del alza de los precios derivó en el regreso de un viejo conocido de la economía argentina, como es la inflación en dólares que sobreviene luego de un período en el que el tipo de cambio toma la delantera.
«En el último bimestre se aceleró la relación entre los precios internos y el dólar financiero», señaló al respecto la consultora Sarandí, que detalló subas que en lo que va de 2022 llegan al 38,2% en dólares en el caso de los huevos, 30% en la harina y 28,4% en los fideos, por citar solo a los tres casos de mayor aumento.
La entidad dirigida por el economista Sergio Chouza precisó que «en meses de estabilidad cambiaria nominal, la aceleración de precios permite una importante recomposición de márgenes en dólares, en un corto período de tiempo», al tiempo que advirtió que «los próximos meses pueden mantener esta trayectoria y hasta profundizarla».
Entre los factores explicativos de este contexto de aceleración de precios en dólares, Sarandí enumeró cuatro:
• La asimetría para procesar shocks en dólares paralelos al alza o a la baja. Cuando las cotizaciones escalan la transmisión es automática y proporcional, pero cuando caen la reversión es nula.
• La elevada persistencia del régimen inflacionario, que impide frenar en seco la dinámica a pesar de no haber presión significativa sobre los costos y no existir nuevos desajustes macroeconómicos.
• La imposibilidad (¿y falta de voluntad?) política para emprender medidas más agresivas contra la inflación, dada la
debilidad propia de un Gobierno muy erosionado, con un año vista por delante.
• La continuidad del proceso de puja distributiva, con sectores formadores de precios que aún persiguen márgenes de rentabilidad en dólares libres propios de contextos de mayor PBI per cápita.
De todos modos, el alza de los precios medidos en dólares en 2022 aún no alcanza para equiparar los niveles de fines de 2019, ya que desde entonces «el IPC ajustado por Dólar MEP sigue 11,1% por debajo».
«El drama son los salarios. Parece indeseable desde el punto de vista social alinear todas las variables, pero con ingresos en dólares aún tan deprimidos. No obstante, existen limitantes objetivos para recomponer los ingresos en el corto plazo, como mero fruto de una vocación expansiva. Los equilibrios son delicados, y los riesgos de sufrir una aceleración nominal son mayúsculos», admitió la consultora.