BUENOS AIRES (ANP).- Luego de la publicación del dato de inflación minorista conocido ayer, que se ubicó en 2,7% mensual en diciembre, el próximo desafío para el gobierno es perforar el piso del 2%, una meta ambiciosa y muy difícil de cumplir pero, al parecer, no imposible. Si bien las mediciones de los primeros días de enero muestran una aceleración en los precios de los productos básicos, el ansiado logro podría alcanzarse hacia febrero o marzo.
Así lo consideró Ricardo Delgado, economista y presidente de la consultora Analytica, quien evaluó durante una entrevista con CNN Primera Mañana la decisión del Banco Central de ayer de reducir a partir de febrero el ritmo de crawling peg al 1% desde el 2% mensual.
El experto señaló que si bien al compararse la inflación en términos anuales se logró un éxito, ya que cierra cerca de la mitad de 2023, también «es cierto que implicó una suba de 3 decimas con noviembre, lo que muestra la dificultad de continuar bajando la inflación, por eso la decisión de bajar el crawling peg, para perforar este 2% mensual al que cada vez es mas difícil de llegar».
Explicó que también «los primeros datos de enero, en particular de alimentos y bebidas, muestran cierta aceleración» por lo que estimó que «difícilmente tenga un número menor al 2%, posiblemente febrero o marzo muestren un número que empiece con 1».
Asimismo, mencionó que no solo hay una inercia «que hay que quebrar» sino que también habrá que monitorear lo que ocurra con los salarios debido a su impacto en la inflación. «Los metalúrgicos cerraron el 1% mensual y esa es una buena señal», ejemplificó.
Al respecto, opinó que «la mejor política salarial es bajar la inflación, primero hay que matarla y ajustar los salarios con una inflación en baja. Eso da mas previsibilidad a todas las decisiones económicas».
Por último, el presidente de Analytica recordó que cuando se baja la inflación es necesario lograr un superávit fiscal sostenido, pero advirtió que sostener un tipo de cambio «hace encarecer la producción en la Argentina y ese es un problema que ya hemos visto con otros programas económicos, por ejemplo, con la convertibilidad, que terminó de la peor manera», concluyó.