Buenos Aires, may 10 (ANP)- La Argentina debe encarar un ordenamiento de los gastos del Estado nacional para evitar que el riesgo de incumplimiento del pago de la deuda renegociada sea “muy alto” y confirme los reparos de quienes ven al país como un “deudor crónico”, sostuvo hoy el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA).
La entidad dirigida por Jorge Colina indicó que los ingresos del Estado nacional alcanzaron en el primer trimestre a cubrir solamente el 86% del gasto público primario (sin intereses) y muestran que la insolvencia fiscal de la Argentina es una “tendencia secular” que excede los inconvenientes surgidos en todo el mundo por la pandemia del coronavirus.
“Tanto los académicos que apoyan la propuesta oficial como quienes proponen mejorar la oferta harían un aporte mucho más útil al país si presionaran para que el gobierno ponga en agenda la modernización del sector público”, planteó la consultora, en referencia a los apoyos de académicos del exterior y economistas locales a la propuesta argentina de pago de la deuda, como al rechazo mayoritario que tuvo por parte de los acreedores.
En ese sentido, IDESA señaló que los académicos y los acreedores “tienen razón” en sus posturas, aunque parezcan contrapuestas: “los académicos la tienen cuando dicen que la oferta argentina está en el límite de lo que puede pagar dada su paupérrima situación fiscal”, pero a su vez “los acreedores tienen razón cuando piden aumentar los pagos dado que Argentina es un deudor crónico de alto riesgo con sobradas muestras de no tener vocación de ordenar sus cuentas públicas”.
El Instituto señaló al respecto que en el primer trimestre “los ingresos del sector público nacional ascendieron a 15,9% el PBI” y resultaron insuficientes para hacer frente al gasto público primario, es decir antes del pago de intereses de deuda, que “ascendió a 18,2% del PBI”.
“Esto significa que el déficit fiscal es de 2,3% del PBI o, en otras palabras, que el Estado sólo recauda el 86% de lo que gasta, sin considerar el pago de intereses”, explicó, en evidencia del “gran desequilibrio entre ingresos y gastos”.
Pero IDESA puntualizó que esto “no se trata de un hecho aislado, sino de una tendencia secular del Estado argentino a gastar siempre por encima de sus recursos”.
“La paralización de la economía –a diferencia de otros países donde el relajamiento fiscal como paliativo frente a la pandemia es una medida transitoria– en la Argentina implica agravar un déficit fiscal crónico que viene desde décadas”, recalcó.
Es por esa “tendencia secular” al déficit que “los acreedores no solo miran cuánto ofrece pagar la Argentina sino que también evalúan cuál es la probabilidad de que cumpla”, manifestó.
“Como el gobierno no muestra vocación por ordenar el Estado, los riesgos de incumplimiento son muy altos. Por eso, aun cuando se ofrecen rendimientos similares a los que pagan los países vecinos por sus deudas, la propuesta es rechazada”, remarcó IDESA.
Por tal razón, la entidad consideró “un error presionar al gobierno a que plantee una oferta más generosa”, ya que en ese caso “puede que se evite un nuevo y repetido default, pero se agravarán los problemas a futuro”.
En ese convencimiento, IDESA sostuvo que debe presentarse “un plan creíble de ordenamiento tributario, previsional y funcional” y de esa forma “sería más fácil lograr la aceptación de la restructuración” aun sin mejorar la oferta financiera.