Buenos Aires, abr 6 (ANP)- La decisión del ministro de Economía, Martín Guzmán, de postergar hasta fin de año el pago de unos US$ 10.500 millones de deuda bajo ley local requiere de “señales claras” y “comunicación acorde” por parte del Gobierno con el objeto de “despejar interrogantes” y evitar “malas interpretaciones” que terminen complicando la relación con el FMI y los acreedores, además de presiones en el tipo de cambio.
Así lo sostuvo hoy la consultora Quantum Finanzas, dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, en un análisis dado a conocer luego de la difusión del Decreto de Necesidad y Urgencia 346/20, que dispuso la postergación de vencimientos de deuda emitida bajo legislación argentina.
“Se había interpretado que la reestructuración de la deuda en dólares ley local se haría luego de la renegociación de la deuda bajo ley extranjera, con el objetivo de equiparar el tratamiento entre jurisdicciones. La falta de una explicación de por qué se decidió en esta instancia podría afectar decisiones y comportamientos, que podrían ser desde ahora más defensivos”, se advirtió en un informe de Quantum.
Al respecto, Marx y su equipo de economistas consideró que “la alteración en la secuencia abre distintos interrogantes”, entre los que se destacan los pagos inmediatos de intereses de bonos bajo ley extranjera, la relación con el FMI y el Club de París y el efecto que la medida podría tener en la paridad entre el peso y el dólar en sus diferentes versiones.
En abril vencen intereses por US$ 500 millones bajo ley extranjera y US$ 240 millones bajo ley local, que ahora se pospusieron. En ese sentido, Quantum señaló que “podría interpretarse que la postergación de los pagos bajo ley local como señal a los acreedores externos para lograr una flexibilización en sus posturas, aunque los márgenes para lograr un acuerdo son cada vez más estrechos”.
“Por otro lado, la prórroga de los pagos también podría verse como una consideración a los planteos de los acreedores externos que desde un principio plantearon la conveniencia de tratar en forma diferenciada las emisiones entre jurisdicciones, en detrimento de la ley local”.
En cuanto a la relación con los organismos multilaterales de crédito, consideró que “existe la posibilidad que el FMI asista financieramente a alguno de sus miembros aún en esta situación de atrasos en los pagos, en una política que se conoce como ‘lending into arrear’ (prestando en situación de atrasos de la deuda), pero para ello debe demostrarse que existe ‘buena fe’ en la negociación con los acreedores”.
Quantum también se preguntó “cuál va a ser la actitud respecto de los vencimientos con el Club de Paris por algo más de US$ 2 mil millones” en mayo, ya que una eventual restructuración “requiere la participación del FMI”.
Respecto al tipo de cambio, indicó que “si la lectura (de la postergación de vencimientos) es que es una antesala a un default total de la deuda en manos del sector privado, podría presionar el mercado de cambios, en un contexto donde la expansión monetaria seguirá elevada”, en medio de una elevada expansión monetaria.
Eso también impactaría en “la de por sí afectada cadena de pagos, el comportamiento de los depósitos en dólares y en pesos del sector privado y la renovación de la deuda en pesos nacional, provincial y el financiamiento a empresas -líneas y crédito comercial-, todas cuestiones que deberán ir observándose”.
“En el caso de Provincias, el debilitamiento de las cuentas públicas asociado a la crisis podría significar dificultades adicionales para enfrentar servicios de deuda y/o gasto corriente, con la posibilidad de reestructurar pagos y eventualmente acudir a la emisión de cuasi-monedas para intentar remediar estos efectos”, alertó.
Quantum cerró su análisis advirtiendo sobre los “distintos interrogantes” que genera la postergación de vencimientos, al tiempo que precisó que “despejarlos y evitar malas interpretaciones que lleven a resultados no deseados en otros ámbitos requiere señales claras y comunicación acordes de los próximos pasos”.