Buenos Aires, ene 2 (ANP) – El gobierno tiene que definir por estas horas cómo va a encarar el prometido incremento de salarios por decreto, que podría oscilar entre los $6.000 y $9.000 con un pago en tres cuotas
La concesión que el gobierno le daría a los empresarios es que sea en tres pagos no remunerativos, que se incluirían al salario recién cuando se negocien las nuevas paritarias a lo largo de la primera mitad del año. Si la negociación de los salarios fuera ahora, la lógica indica que los sindicatos buscarían lograr incrementos mas parecidos a la inflación pasada para recuperar poder de compra. El número sería del 55%.
Pero eso implicaría recargar la inflación. Por esa razón, Alberto Fernández negocia con los sindicatos y con el camionero Hugo Moyano, que la negociación final se encare luego de marzo, cuando las expectativas inflacionarias para el año bajarían a cerca del 43%, según analistas privados.
El problema es cómo transcurrir los primeros meses. Para ello está el decreto con un acuerdo previo mediante. Por ahora, el gobierno aspira a no dejar cabos sueltos. Es decir, que Moyano resigne la idea de no avalar el decreto de impulsar el aumento por afuera, con lo cual desbarataría la estrategia de espera.
El otro problema que tiene que resolver la administración de Alberto F es desde cuando comenzarían a cobrar los trabajadores. Los funcionarios consideran que tienen que ser en enero, febrero y marzo. Los empresarios entienden que si se hace sobre el salario del mes pasado, el primer pago sería en febrero y el último en abril.
En todo caso, el presidente debe tomar la decisión final entre el viernes y la semana entrante.
Con ello, cerraría su estrategia de desinflación de la primera mitad del año. Control sobre salarios, sobre combustibles, sobre tarifas y acuerdos limitados de precios. También control sobre el tipo de cambio y rebaja de tasas de interés de las leliqs, lo que implica menor emisión futura.