Los argentinos ya estamos curtidos en la lucha cotidiana contra la inflación y al respecto hay estadísticas para todos los gustos que reflejan cómo se ha ido perdiendo el poder adquisitivo a lo largo de las últimas cinco décadas. Pero una cosa es la percepción que cada uno tiene sobre las dificultades para acceder a productos y servicios que hasta no hace mucho tiempo parecían habituales y que, al compás de las sucesivas crisis, hoy cada vez se tornan más lejanos.
La consultora Focus Market elaboró un informe sobre la cantidad de horas necesarias para comprar una serie de bienes con un salario neto promedio de $113.214.
Así, pudo comprobar que se necesitan 4 horas, 38 minutos y 8 segundos de trabajo para comprar un alfajor por día (una docena no, ¡un alfajor!), es decir más de media jornada laboral.
No se trata de una golosina tomada de manera aislada, porque otras comparaciones dejan en evidencia lo magro que resulta el sueldo promedio: para comprar un atado de cigarrillos por días hacen falta 13 horas, 2 minutos y 14 segundos de trabajo; tomar un café diario representa un esfuerzo de 10 horas, 8 minutos y 24 segundos y para un combo hamburguesa son necesarias 8 horas, 6 minutos y 43 segundos.
Asistir al cine dos veces al mes demanda un trabajo de 6 horas, 32 minutos y 51 segundos, pero a medida se que asciende en la escala de ambiciones, como la de pretender comprar un par de zapatillas, se llega a la comprobación que se requieren 25 horas, 12 minutos y 19 segundos, es decir más de tres días de trabajo (en el supuesto caso de trabajar ocho horas por día).
En comparación con todo lo anterior, la adquisición de un celular es algo más complicado, ya que serían necesarias nada menos que 237 horas, 34 minutos y 4 segundos. Más de un mes, si se toma como referencia que cada uno tiene en promedio 22 días hábiles.
«La aceleración inflacionaria en Argentina en los últimos meses, sumada a la devaluación del peso frente al dólar en el último mes y medio en su versión paralela en un contexto de restricción a las importaciones, ha generado que para adquirir ciertos bienes en la economía los argentinos deban dedicar más horas de trabajo para poder compensar la pérdida del poder adquisitivo de su ingreso frente a la evolución de precios», señaló Damián Di Pace, director de Focus Market.
Al respecto, agregó que «en una economía como la argentina, donde 4 de cada 10 trabajadores son informales, la aceleración de la inflación los está damnificando en forma mucho más intensa», debido a que «el Sector Privado No Registrado tuvo una variación interanual del 52,8 %, casi 15 puntos por debajo de la inflación interanual a julio de 2022».
«En estos casos ni siquiera incrementando sus horas de trabajo pueden acceder a la misma canasta de bienes, por lo cual hay una precarización de la calidad de vida y en muchos casos perforando el umbral de la pobreza. Los ingresos en estos casos no se pueden medir por cantidad de horas sino por administración de recursos de supervivencia para mantener su canasta básica alimentaria», expresó.