BUENOS AIRES (ANP).- El viaje de dos días realizado por el presidente ruso Vladimir Putin a China, cuyos componentes son esenciales para movilizar la industria bélica rusa, muestra entre otros un principal objetivo: ganar la guerra de Ucrania.
Sus reuniones iniciadas el miércoles con el presidente chino, Xi Jinping, tuvieron su contraparte con la visita que realizó el martes a Kiev el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien reiteró el apoyo de Estados Unidos al gobierno de Volodimir Zelenski.
Lejos de los desencuentros del siglo pasado, en el que los dos gigantes comunistas competían por ver quien aplicaba mejor el marxismo, Beijing y Moscú se encuentran hoy amparados por un acuerdo de febrero de 2022 en el que juraron una “amistad sin límites”.
Después de que la Unión Europea (UE) y otros países aplicaran sanciones contra Rusia, tras anexarse la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014, Beijing se convirtió en el principal socio comercial de Moscú.
La UE también adoptó trece paquetes de sanciones contra Moscú en coordinación con sus socios internacionales. Estas medidas significan restricciones a la exportación de productos de tecnologías avanzadas, vehículos, máquinas y bienes de construcción, entre otros.
Pero las sanciones no bloquean la exportación de productos agrícolas ni alimenticios, ni las transacciones relacionadas con ellos, ya que “cualquier persona puede comprar y transportar alimentos y fertilizantes que procedan de Rusia”, informa la UE en su página online.
Putin informó que el año pasado el volumen del intercambio comercial con China alcanzó un nuevo récord de US$ 240.000 millones, con un saldo a favor de Moscú por 20.000 millones, registrando un incremento de casi el 300% con respecto a una década .
“El eje Beijing-Moscú para hacer frente a Washington será una característica de la geopolítica global durante la próxima década”, afirmó el doctor Jorge Malena, director del Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, Malena señaló que para EE.UU, “el gobierno chino proporciona asistencia ´significativa, directa y material´ en la invasión rusa de Ucrania”.
“Según esa mirada, este viaje a China brindaría apoyo material y moral a un líder ruso que no puede visitar muchos países por riesgo de ser arrestado y enviado a la Corte Penal Internacional (CPI)”, con sede en La Haya, Países Bajos, dijo Malena, director de posgrado de “Estudios sobre China en la Era Global”, de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El 17 de marzo de 2023, la CPI emitió una orden de arresto contra Putin por su responsabilidad en presuntos crímenes de guerra relacionados con la deportación y el «traslado ilegal» de niños de las zonas ocupadas en Ucrania por las tropas rusas.
El analista explicó que la alianza entre China y Rusia “se ha consolidado en los últimos siete años (en coincidencia con las presidencias de Donald Trump y Joe Biden), con posturas proactivas en sus respectivas áreas de influencia, ya que perciben que sus intereses están amenazados por un mismo actor: Estados Unidos”.
A principios de febrero, el expresidente republicano advirtió que si gana las elecciones del 5 noviembre alentará a Rusia a atacar a cualquier aliado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que no esté al día con sus pagos a la Alianza Atlántica, los cuales representan el 2% del PIB.
Putin parece conocer muy bien las debilidades de Occidente. Antes de iniciar el viaje a la capital china, afirmó que estaba dispuesto a dialogar con Ucrania, según informó la agencia china Xinhua.
“Pero esas negociaciones deben tener en cuenta los intereses de todos los países implicados en el conflicto, incluido el nuestro”, dijo el líder ruso. Seguramente esto implicaría reconocer el 20% del control actual que ejerce Moscú sobre territorio ucraniano, según admitió en junio de 2022 el presidente Zelenski.
Al comentar el viaje de Putin a China, el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, afirmó que China no puede reforzar sus lazos con Occidente y por otro lado apoyar a la industria de defensa rusa. «China no puede jugar a dos bandas», dijo el funcionario.
Para China, en cambio, Putin es un poderoso aliado que puede ayudarlo a conseguir un nuevo orden mundial sin la hegemonía de Estados Unidos. “Xi Jinping es más sutil que Vladimir Putin, pero igualmente disruptivo”, afirmó en un artículo la revista británica The Economist.