Cada cuatro años, los vecinos de las inmediaciones de la calle Carlos Pellegrini entre Juncal y Arroyo, donde se emplaza la Embajada de Brasil en la Argentina, asisten al colorido espectáculo que brindan los residentes en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores que concurren a ejercer su derecho a votar en la elección presidencial del país vecino. Pero la concurrencia en esta ocasión desbordó todas las expectativas.
Decenas de miles de personas -y no es una exageración- entre votantes, acompañantes y argentinos de familias «mixtas» debieron realizar durante casi tres hora una cola que parecía interminable: daba vuelta a la manzana de Pellegrini, Arroyo, Libertad y Juncal, continuaba en la plazoleta contigua a la Embajada de Francia, se prolongaba en zigzag sobre Pellegrini y se extendía hasta Arenales.
La legislación brasileña es laxa en cuanto al alcance de la veda electoral y la gran mayoría de los electores se presentó con banderas, remeras, gorras y otros elementos que los identificaba con el PT, la lista 13 y su candidato, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que se postula para un tercer mandato.
Nuevas Palabras no pudo encontrar en la multitud una sola insignia en favor del actual presidente, Jair Bolsonaro, más allá de un puñado de personas que saludaban con los dedos en «V» (por la lista 22 de su candidatura), aunque muchos menos que los que mostraban su puño en alto con el pulgar y el índice extendidos formando la «L» de Lula.
La escena, impensada en una elección argentina, se complementó con los cánticos en favor del candidato del PT, desde el clásico «Olé, olé, olé, olá, Lula, Lula» hasta «Fora, Bolsonaro» e incluso «Ey, Bolsonaro, vai tomar no cú», suficiente para que el más desprevenido se diera cuenta hacia dónde se inclinaban las preferencias.
Una situación inédita desde el retorno de la Democracia a los dos países, que dejó a decenas de miles de brasileños satisfechos por haber votado, alegres por palpitar el triunfo de su candidato… y extenuados tras tres horas de una cola interminable.