La parte más dura del ajuste fiscal «aún está por verse» y si el Gobierno espera un adelanto de los desembolsos por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la condición que le exigirá el organismo será «como mínimo, mayores recortes sobre el gasto primario, focalizados en especial en los subsidios», sostuvo la consultora Analytica.

«Sea vía cuota presupuestaria o como porcentaje de ejecución, los niveles de gasto devengado revelan que el Gobierno está frenando partidas en niveles superiores a los observados en el base caja del primer trimestre de 2023», indicó la entidad en su reporte, que puso de relieve que el porcentaje de ejecución presupuestaria a abril es un 10,9% inferior al del mismo período de 2020 e incluso inferior al de promedio 2016/19.

El análisis de la consultora presidida por Ricardo Delgado y dirigida por Claudio Caprarulo destacó que «las partidas devengadas de abril marcan que, lejos de frenar el ajuste, el Ministerio de Economía querría profundizarlo», si se presta atención a la baja real del 16,7% interanual del gasto primario de ese mes.

Entre los aspectos señalados por Analytica,  están la «fuertes reducciones en las jubilaciones y pensiones (-12,8%); las Asignaciones familiares y AUH (-29,1%) y en los programas sociales (-46%) que, entre otros, incluyen el Potenciar Trabajo, las becas Progresar y otras políticas alimentarias».

Asimismo, subrayó que «los subsidios económicos se contrajeron 23,9%» y si bien hubo un alza del 35,3% en los de Transporte, no compensan la caída del 35,6% de los de Energía, que representan cerca del 80% del total.

También retrocedieron los gastos en obra pública (-17,6%) y las transferencias a las provincias (-42,6%) y sólo quedaron por encima de la inflación los gastos en personal, que crecieron 12,3% en términos reales.

Pero además de los recortes mencionados, Analytica precisó que «otra forma de analizar la dinámica del gasto es tomando como referencia los devengados en los últimos 12 meses, entre mayo 2022 y abril 2023, y las variaciones
reales en comparación con períodos previos (promedio 2016-19, 2020, 2021 y el acumulado hasta abril de 2022)».

«El gasto se está estacionando un 2% por debajo del promedio 2016- 2019, un nivel “intermedio” que combina la primera y segunda mitad de mandato del gobierno de Mauricio Macri, signadas por un ajuste posterior a la firma del Stand By con el FMI en 2018», señaló.

Al respecto, indicó que «si bien los subsidios crecieron 33,6% en comparación a los de la gestión Cambiemos, el gasto sin subsidios retrocede 5,5% y también lo hace el gasto social (-1,1%), aunque no alcanza a igualar la aceleración de la
inflación de los últimos meses».

En comparación al 2020, los subsidios siguen estando 31,8% por encima del año de la pandemia, aunque los recursos destinados a la  asistencia social bajaron considerablemente (-11,6%), luego de que se desactivaran programas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y otras políticas de salvaguarda social.
Analytica puso de relieve que «hay un cambio de dinámica en agosto de 2022, con el ingreso de Sergio Massa en la conducción de Economía», ya que «el gasto primario disminuyó 12,1% si se compara contra el período mayo de 2021-abril de 2022».

Ese recorte «se advierte, sobre todo, en subsidios (-20,2%) y no tanto en gasto social (-3,7%), ya que el Gobierno busca compensar el efecto de la aceleración de los precios sobre los sectores más carenciados». advirtió.

En cuanto al porcentaje de ejecución presupuestaria, la consultora notó que «está en niveles similares al promedio 2016-2019 (0,8 puntos porcentuales de diferencia), que la asignación de subsidios está bien por debajo de los niveles que traía para esta misma época del año pasado (-12,9 p.p.) y que, a pesar de ser un año electoral, se están pisando los gastos de capital».

«La ejecución de obra pública es inferior a la de 2022 (-17,6 p.p.) y a la del promedio 2016-2019 (-15,4 p.p.). Esto se debe, principalmente, a la subejecución en proyectos de vivienda social y Procrear que, además, iniciaron el año con un presupuesto un 24% inferior al de 2022, en términos reales», indicó, para agregar que «las transferencias de capital a empresas públicas muestran la nueva orientación del gasto: mientras las dirigidas a AYSA cayeron 35% real
respecto de 2022, las correspondientes a IEASA crecieron 893%», debido a que esta empresa «concentra el 18% del total de las partidas de obra pública en el Presupuesto 2023, por la ejecución del gasoducto Néstor Kirchner».

Analytica concluyó su informe señalando que «aún está por verse la parte más dura de la contracción fiscal, y que los números de abril marcarán la tendencia de una profundización de ese camino. Adelantar los desembolsos del segundo semestre como parte de la reformulación del acuerdo con el FMI le exigirá al gobierno  aceptar, como mínimo, mayores recortes sobre el gasto primario, focalizados en especial en los subsidios».

Por NP