Pocos momentos de la ya absurda historia económica argentina fueron tan absurdos como el de la mañana del último jueves 12 de mayo, en la que un funcionario del Gobierno nacional criticó furibundamente la política tarifaria… ¡del propio Gobierno nacional!

El absurdo no termina ahí: luego de una detallada descripción de lo que presentó como un esquema de subsidios “pro-rico”, el subsecretario de Planeamiento Energético, Santiago López Osornio, fue el encargado de ratificar la continuidad de ese mismo esquema. Sólo queda la duda de saber si son las disputar internas de la coalición gobernante las que impiden desenredar la madeja de una estructura que el mismo gobierno reconoce como injusta o si, en rigor, los responsables de la política energética están conformes con esta distribución regresiva.

Con una cuota de piedad en el análisis, cabe admitir cierta “obediencia debida” en López Osornio, así como sus pares de Hidrocarburos, Maggie Videla Oporto, y de Coordinación Institucional, Guillermo Usandivaras, que debieron poner la cara y presidir cada una de las tres audiencias, una tarea que le correspondía al secretario de Energía, Darío Martínez, o en su defecto (al menos la del miércoles), el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo.

La ausencia de Martínez y Basualdo se explica por las inocultables diferencias con el ministro de Economía, Martín Guzmán, en torno al nivel de aumentos a aplicar en las tarifas de los servicios de distribución de gas natural y de electricidad. Esas diferencias no pasarían de un disenso tolerable en cualquier gobierno de coalición si no fuera por el hecho de que los dos funcionarios dependen formalmente de Guzmán, pero actúan como si esa relación jerárquica no existiera.

Ya en mayo del año pasado quedó en evidencia ese conflicto, con el recordado contrapunto entre Guzmán y Basualdo acerca del aumento a aplicar en las tarifas de electricidad, en el que la autoridad del ministro (y del presidente Alberto Fernández) fue cuestionada a la vista de todos.

En esta oportunidad, el poder de Fernández y Guzmán volvió a quedar en tela de juicio, ya que más allá de la advertencia que los que nos están de acuerdo con la política oficial deben irse, en los hechos todos siguen en sus cargos.

En los hechos, también, las tarifas tendrán un aumento nominal que será una rebaja en términos reales y que derivará en un nuevo incremento de los subsidios a la energía, que el año pasado superaron el billón de pesos.

Alberto Calsiano, jefe del Departamento de Energía de la UIA, alertó que la factura de subsidios energéticos podría sobrepasar este año los 14.000 millones de dólares y la audiencia continuó como si no lo hubiera dicho, gracias a un formato que se presenta como debate, pero no lo es: cada expositor habla hasta ocho minutos y el siguiente puede decir lo mismo o todo lo contario (qué más da) sin que se altere la formalidad de la convocatoria.

Así lo advirtió la diputada radical Jimena Latorre, quien en su intervención puso de manifiesto que López Osornio estaba realizando una crítica descarnada de la política tarifaria que el kirchnerismo, el cristinismo y el albertismo vienen aplicando desde hace 19 años… pero el blanco de los cuestionamientos fue la gestión de Mauricio Macri.

Conviene repasar cómo se gestó y creció el esquema “pro-rico” de los subsidios. Hasta 2001, con todos los problemas de uno de los peores años de la historia económica argentina, los usuarios pagaban la tarifa plena de luz, gas, agua, colectivos y trenes. La caída de la convertibilidad derivó en una renegociación de los contratos con las empresas prestadoras, ya que las tarifas estaban dolarizadas y la abrupta devaluación las tornaban elevadísimas para la mayor parte de la población.

A dos décadas, es lícito preguntarse: ¿qué pasó en todo este tiempo con el poder adquisitivo de los argentinos que no estamos en condiciones de pagar los servicios públicos sin subsidios, como sí lo hacíamos en 2001?

Pero, además, ¿cómo congeniar el discurso Nac&Pop oficialista con la propia admisión de estar implantando desde hace tiempo una política tarifaria que favorece a la población de mayor poder adquisitivo?

Al respecto, quien esté interesado, la descripción del esquema “pro-rico” aún está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=BPHW-mNO704.

Podrí agregarse que la suma que el Estado gastó en veinte años en esos subsidios que son criticados por quienes los llevan adelante equivalen a por lo menos cuatro veces el préstamo acordado con el FMI… Para lo que piden que la deuda la paguen “los que se la fugaron”, del cuadro que acompaña esta nota puede venir la respuesta.

Por NP