Buenos Aires, nov 16 (ANP).- El poder adquisitivo de la población es en Chile 1,9 veces superior al que se tiene en la Argentina en todas las franjas socioeconómicas, aunque en los sectores más vulnerables la diferencia llega al triple, según una investigación de la Fundación Libertad y Progreso.
Los datos surgen de la comparación de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) y la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE).
“La situación se agrava cuando se observan los hogares con menores ingresos”, indicó el informe de la entidad realizado por el analista Lautaro Moschet.
Al respecto, precisó que “el decil más bajo de Chile, cuyo ingreso promedio es de $140.277 chilenos (US$175,40) puede comprar 3,04 unidades de la canasta de alimentos seleccionados, cuyo costo es de $46.143 chilenos (US$57,21)”, en tanto su análogo argentino, “con un ingreso promedio de $5.321 (US$53,1) compra apenas 1 unidad de esta canasta cuyo costo es de $5.483 (US$54,7)”.
“Es decir, que los chilenos que ocupan esta posición tienen la posibilidad de comprar 3 veces más que los argentinos en igualdad de condiciones”, explicó.
Si bien a medida que se aumentan los ingresos la brecha entre el poder de compra de los dos países se va achicando, siempre es mayor para los chilenos.
“En la fracción más rica de ambos países, podemos concluir que, en Chile, los mejores posicionados, con un ingreso promedio de $2.006.983 chilenos (US$2.509) pueden comprar 1,7 veces más, que los argentinos en la misma situación, los cuales ganan en promedio $138.066 (US$1.376,7)”.
Asimismo, el informe de LyP señala que “si bien los alimentos en Chile duplican prácticamente el valor que tienen en Argentina, los salarios a su vez son varias veces superior en el país trasandino” y en consecuencia “el poder de compra termina siendo mayor”.
La economista Natalia Motyl comentó que «Chile posee un PBI per cápita dos tercios mayor que el de la Argentina, un tercio de deuda de la Argentina, una inflación acumulada en el último año igual a la inflación que tenemos nosotros en un mes. Quizás debamos tomar nota del modelo chileno».
Moschet informó que en la comparación se tomó en consideración algunos «productos representativos (arroz, pan, lácteos, harina, aceite, galletitas, etc.) con mismas características» y «se promediaron los valores de cada uno según distintos supermercados en ambos países. La decisión de medir en unidades de canasta alimentaria y no en dólares corrientes, es la de poder separar el costo de vida que difiere entre los territorios y poder medir el poder de compra real» explicó.
Para Aldo Abram, director ejecutivo en Libertad y Progreso, el trabajo “podría realizarse con similares resultados comparándonos con Uruguay», lo que a su juicio demuestra que los formadores de precios «no son los responsables de lo que nos pasa a los argentinos, como dice el gobierno”, ya que “los valores de las mismas cosas son más bajos acá que en dichos países”.
“El problema es que las políticas aplicadas han empobrecido a los argentinos y, cuando uno es más pobre, puede comprar menos de todo”, aseguró.
Abram finalizó señalando que “hace mucho que se desincentiva la inversión de argentinos y extranjeros. Para entenderlo, alguien que trabaja con una máquina cada vez más vieja y ‘atada con alambre’ producirá menos y ganará menos. Además, el Banco Central nos empobrece quitándonos poder adquisitivo, con el impuesto inflacionario, para financiar los excesos de gasto de los gobiernos».