La inflación de 6,7% registrada en marzo desbordó todas las expectativas y representa un nivel anualizado del 117,7%, además de tornar cada vez más difícil el cumplimiento de la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de una franja del 43% al 48% en todo 2022.
El Índice de Precios al Consumidor superó las previsiones de economistas y consultores registradas por el Banco Central en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que daban un promedio de 5,5% para el mes pasado.
El primer trimestre acumuló un alza del 16,1% que, anualizada, representa un incremento del 81,7%, con lo que la inflación de 2022 se encaminaría a ser la más alta de los últimos 31 años.
Pero si la anualización se realiza solamente en base a la inflación de marzo, el índice llegaría al 117,7% y superaría incluso al 84% de 1991, cuyo primer trimestre fue el último previo a la entrada en vigencia del régimen de Convertibilidad.
La inflación de marzo fue la más alta entre todos los países de América Latina y más que triplica al 1,9% de Chile, su inmediato perseguidor.
Si bien puede argumentarse un impacto específico del alza del precio de commodities a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania -que afecta a la mayoría de los países del planeta- la composición del IPC de marzo en la Argentina deja en evidencia que la mayor parte del alza fue por motivos internos.
En ese sentido, el rubro de mayor incremento fue el de Educación, con el 23,6%, seguido por Prendas de vestir y calzado, con el 10,9%, dos áreas sin vinculación directa con el conflicto bélico.
En el detalle difundido por el INDEC sobre una serie de productos seleccionados de consumo masivo, los aumentos más destacados fueron los de pan de mesa (24,8%), huevos de gallina (21,6%), café molido (195%), pan francés tipo flauta (17,7%) y pollo entero (15,1%).