Las cuentas públicas del primer semestre dejaron en evidencia un deterioro que difícilmente pueda ser disimulado con la habitual “contabilidad creativa” como la utilizada para presentarle al FMI los números del primer trimestre: el déficit financiero ascendió a $1.922.347 millones, con un aumento nominal del 137,4% y real del 51,8%, en tanto el primario alcanzó a $1.395.180 millones, registrando un alza del 194,9% que, descontada la inflación, fue del 92,1%.
El informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), detalló que los ingresos totales de la primera mitad del año fueron de $5.321.751 millones, los gastos totales de $7.244.098 millones y los primarios de $6.716.931 millones.
Los números de junio arrojaron ingresos totales por $1.072.913 millones, gastos totales por $1.732.512 y primarios por $1.692.813 millones, de lo que resultó un déficit financiero de $659.599 millones y uno primario de $619.900 millones, con aumentos interanuales del 88% y el 103,4%, respectivamente.
La OPC señaló en su informe que “durante el primer semestre de 2022 los ingresos totales se contrajeron 0,4% en términos reales (subieron 56,5% nominales) en relación con igual semestre del año anterior, debido a “la alta base de comparación generada por la recaudación del Aporte Solidario y Extraordinario, la que acumuló $144.402 millones al mes de junio de 2021 y $3.662 millones a igual mes de 2022”.
Los gastos primarios del semestre registraron un incremento de 10,7% real (73,4% nominal), con subas en los subsidios energéticos del 38% real, transferencias a provincias (13,1%), gastos en personal (11%), prestaciones sociales (10,1%, impulsada por un 28,9% en programas sociales) y gastos de capital (0,6%), con una caída del 9,1% en bienes y servicios.
Los intereses de la deuda se redujeron 2,5% en términos reales, pero aumentaron 56,6% a valores corrientes.