BUENOS AIRES (ANP).- Es sencillamente de no creer: pasan los años, y siguen apareciendo. Ellos siempre están listos, bobos y sonrientes, con sus teléfonos celulares para filmarse a sí mismos sin filtro, desde la lasagna que están a punto de almorzar hasta las trapisondas sexuales, y si son en horario de oficina, mejor.

Ellos conforman un extraño club de gente a la que no hace falta tenderle trampa alguna porque son ellos mismos —políticos, periodistas mediáticos, dirigentes de toda índole, actores y actrices amigos del poder— los que buscan dos palos altos y una buena soga para armarse una linda cuerda floja por la cual caminar y caerse.

Hace bastante publicamos aquí una nota recordando patéticos casos de políticos y funcionarios que se filmaron o grabaron haciendo y diciendo lo que obviamente después les iba a costar la carrera, o al menos un buen tiempo de vapuleo. En aquel artículo aparecía el caso de quien ahora se encuentra en el centro no ya de una tormenta, sino de un Armaguedón político argentino: el expresidente Alberto Fernández.

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No hace falta aclararlo, pero es regla del buen periodismo no dar nada por sabido, y aquí va el resumen de los hechos: la ex primera dama Fabiola Yañez, pareja de Fernández y madre de su hijo menor, presentó esta semana una denuncia por violencia de género contra el exmandatario, y luego se filtraron las fotos de los tremendos golpes que le habría propinado mientras ambos convivieron en la Quinta de Olivos.

A esto, que ya en sí mismo es un escándalo, se agregaron esta mañana los videos de una charla íntima que el expresidente habría mantenido con la conductora Tamara Pettinato en el mismísimo despacho presidencial y con alcohol de por medio, para hacerlo todo más bizarro. Pero que nadie se confunda: no fueron videos grabados sigilosamente por algún comando entrenado de los servicios secretos sino que, al parecer, fueron tomados por el propio Fernández.

Con esto, queda más que claro que este hombre no aprendió ni aprenderá más y que es el rey indiscutido de este club de personajes que se autoescrachan. Su ingreso a este deplorable grupo data de 2020, cuando posó risueñamente para la foto del festejo de cumpleaños de su querida Fabiola en medio de la cuarentena, cuando él mismo decía que era un delito reunirse a festejar nada.

Como si aquello no le hubiera bastado, encima parece que cuando Fabiola le recriminaba los golpes por whatsapp, en lugar de ser pillo y decirle que no sabía de lo que le estaba hablando, ¡aceptaba la responsabilidad! ¡Lo dejaba por escrito!

Sin embargo, su torpeza no es un caso aislado, estamos cansados de escuchar historias de famosos que se filman teniendo sexo o que mandan fotos escatológicas a cualquiera que luego, por supuesto, las publica. Esto no solo sigue ocurriendo sino que además es una tendencia que se está intensificando con aristas cada vez más absurdas.

Además, ahora este club de tontuelos cuenta con una nueva integrante, la joven Pettinato, que por ser periodista y semi chimentera no tiene disculpa. Nadie mejor que un trabajador de la comunicación para saber que si estás haciendo algo que no quieras que se sepa NO TENÉS QUE GRABARLO NI DEJAR QUE TE GRABEN. Aparentemente, llegó el momento de sumar una materia en las escuelas que instruya a las nuevas generaciones sobre la necesidad de usar el cerebro, que es la única forma de saber cuándo es momento de apagar la camarita del celular.

Después de estos videos, chats y fotos comprometedores que enlodan al expresidente nadie sabe lo que vendrá porque podría haber muchos más. Pettinato no fue la única mujer que Fernández recibió a solas en su despacho durante aquellas oscuras horas de la pandemia y es lógico pensar que se avecinan nuevos ingredientes a esta historia.

Por ahora, varios referentes del oficialismo y también del kirchnerismo salieron a pronunciarse sobre las fotos mostrando a Yañez golpeada. La propia Cristina Kirchner, que fue quien eligió a Fernández para convertirlo en presidente con la fuerza de su caudal político, publicó hoy un comentario en su cuenta de X donde apenas lo nombra como un mal presidente y aprovecha para pasar su anuncio.

CFK subrayó que el machismo y «la violencia verbal o física contra la mujer, no tienen bandera partidaria y atraviesan a la sociedad en todos sus estamentos», y de paso reforzó su punto con algo que le dijo el Papa Francisco: que toda violencia física empieza por lo verbal. Palo para los Macris y los Mileis de la vida que se cansaron de criticarla durante años.

En los próximos días, o mejor dicho meses, Alberto Fernández la tendrá en extremo difícil. Toda su diatriba sobre la moralidad pende de un hilo y, si a eso se le suma la investigación por los seguros contratados al Banco Nación bajo su gestión, podría enfrentar serios problemas legales. Lo de Fabiola es todavía peor porque si la Justicia lo encuentra culpable de golpearla, ya nunca quitarse de encima el cartel de golpeador y violento que muchos ya le estamparon en la frente sin esperar pruebas ni juicios.

Solo cabe esperar que su caso sirva de ejemplo para otras figuras públicas, para que guarden el celular en la cartera de la dama o en el bolsillo del caballero y de ahora en más lo saquen solamente para fotografiar el cumpleaños de la nona, o para grabar la graduación de alguno de los chicos.

 

Por NP