BUENOS AIRES (ANP) El gobierno se enfrentará a una curiosa paradoja en la presentación del resultado fiscal de julio, ya que el devengado mostrará el superávit financiero más alto de los últimos años en términos nominales (y el mayor de la historia en valores reales) pero al mismo tiempo podría darse el primer mes con déficit en el ejecutado, de acuerdo con lo que anticipó el propio ministro de Economía, Luis Caputo.

La aparente contradicción obedece a que el gobierno tuvo que hacer frente el mes pasado a una serie de gastos que no habían sido pagados en meses anteriores, lo que no solo generó una brecha significativa entre el resultado devengado y el pagado, sino también un crecimiento de la deuda flotante a niveles cercanos a los tres billones de pesos.

Según el adelanto de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) en base a datos oficiales, julio cerró con un superávit primario de $2.242.068 millones, un 4.134,7% más que el obtenido en el mismo mes del año pasado ($52.945 millones) y uno financiero de $ 2.119.423 millones, un desempeño que no guarda relación con el déficit de $274.491 millones de julio de 2023.

Como en todos los meses previos, estos resultados fueron producto de caídas mayores en los gastos que en los ingresos en la comparación interanual. Los ingresos totales del mes pasado fueron de $8.903.458 millones, con un incremento del 5,1% a valores constantes (tomando como referencia una inflación del 4,8% para el mes, en línea con lo proyectado en el REM), en tanto los gastos ascendieron a $6.784.035 millones, con un recorte real del 34,7%.

En el acumulado de los primeros siete meses de 2024, el superávit primario fue de $7.183.070 millones y el financiero de $2.430.396 millones. Es decir que en julio se concentró el 87,2% de todo el saldo financiero en lo que va del año.

No obstante, si se presta atención a lo que Caputo anticipó en una reunión con representantes de Agencias de Liquidación y Compensación (y que el propio Palacio de Hacienda se encargó de difundir), el mes podría ser el primero del año con déficit financiero en el esquema Ahorro-Inversión-Financiamiento, que no presenta los gastos devengados sino los efectivamente pagados.

Al respecto, debe tenerse en cuenta que el Estado argentino -en todos los gobiernos- suele no ser puntual en el pago a proveedores y contratistas, una práctica que se traduce en diferencias significativas en las presentaciones devengadas y ejecutadas.

Como muestra, sólo hay que remitirse a lo ocurrido en el primer semestre: mientras Economía informó que en todos los meses el resultado ejecutado fue superavitario (tanto el primario como el financiero), los resultados devengados mostraron una realidad diferente: el resultado primario fue deficitario en marzo y, en lo que respecta al financiero, también cerró con saldo negativo en febrero, marzo y junio.

Pero tarde o temprano, las deudas hay que pagarlas. Las flotantes también.

LEER TAMBIÉN:

https://nuevaspalabras.com.ar/una-coparticipacion-poco-federal-a-rio-negro-le-quedara-el-08-de-la-recaudacion-por-la-planta-de-gnl/

Por NP