BUENOS AIRES (ANP).- A casi seis meses de iniciada la guerra de Gaza, Israel pierde amigos y la causa palestina recibe muestras de solidaridad a raíz de la ofensiva israelí que puso a ese territorio al borde de la hambruna.
Esta semana, luego de que el presidente Joe Biden dijera que la campaña de Tel Aviv “daña más de lo que ayuda a Israel”, Estados Unidos dejó que se aprobara en la ONU una resolución de alto el fuego en Gaza, sin ejercer su derecho a veto como miembro permanente del Consejo de Seguridad.
El hecho demuestra las diferencias que mantiene Washington con el gobierno de Benjamin Netanyahu, a pesar de que en los últimos años Estados Unidos se convirtió en un árbitro no del todo imparcial del conflicto entre israelíes y palestinos.
Después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) exigiera a Israel garantizar la entrada de ayuda humanitaria urgente a Gaza, Netanyahu autorizó el viernes una nueva ronda de negociaciones para lograr una tregua en ese enclave palestino, controlado desde 2007 por el grupo islámico Hamas.
El 27 de marzo, el secretario de Defensa norteamericano, Lloyd Austin, le dijo en Washington a su colega israelí, Yoav Gallant, que las víctimas civiles son demasiado altas en Gaza, por lo que Israel debe dejar entrar la ayuda humanitaria para evitar una hambruna en la región.
Según el ministerio de Salud de dicho territorio, desde el inicio de la guerra hubo un total de 32.705 muertos. De acuerdo a la ONU, más de 1,1 millón de personas padecen un nivel extremo de inseguridad alimentaria en Gaza.
Pero en las últimas horas, Israel advirtió que un informe apoyado por Naciones Unidas sobre la hambruna en el norte de Gaza es inexacto, y acusó a Hamas de controlar la ayuda humanitaria, informó la cadena estadounidense CNN.
“Israel tiene que ser muy cuidadoso ahora porque está perdiendo el apoyo de gran parte del mundo”, dijo el expresidente estadounidense Donald Trump.
Si bien el mandatario justificó la campaña militar israelí luego de que Hamas matará a sangre fría a 1200 personas y secuestrara a otras 240, el pasado 7 de octubre, dijo que es necesario “alcanzar la paz” en Gaza.
Esta semana, además, hubo otro hecho importante: la Relatora Especial de la ONU, la italiana Francesca Albanese, presentó un informe en el que relata lo que a su juicio es “la anatomía de un genocidio”.
“La historia nos enseña que el genocidio es un proceso, no un acto único. Comienza con la deshumanización de un conjunto humano y la negación de su humanidad, y termina con la destrucción total o parcial de ese grupo. La deshumanización de los palestinos como pueblo es el sello distintivo de su historia de limpieza étnica, desarraigo y apartheid”, afirmó.
A fines de enero, tras un pedido de Sudáfrica, la CIJ rehusó ordenar un alto el fuego en Gaza, pero en cambio pidió a Israel que tome medidas para evitar un genocidio contra los palestinos.
Irlanda, por otra parte, se sumó recientemente a una solicitud sudafricana en contra de Israel ante la CIJ, ya que en su opinión existen argumentos legales para investigar el supuesto genocidio de la población palestina en Gaza.
“El informe de Albanese es tendencioso al referirse a un ´proceso prolongado de borrar (población) como parte del colonialismo de asentamiento´, confundiendo la legitimidad del soberano Estado de Israel, atacado el 7 de octubre, y la ilegitimidad de la ocupación militar de los territorios palestinos después de (la Guerra de los Seis días) de 1967”, dijo el analista Arie Kacowicz.
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, afirmó: “No concuerdo con las declaraciones de Albanese con respecto a que Israel ha cometido o comete genocidio en la Franja de Gaza”.
“Si ha habido una destrucción muy grande de la infraestructura de dicha ciudad, y el gobierno israelí no ha tomado toda la responsabilidad moral y legal, como potencia ocupante, de enviar asistencia humanitaria”, señaló.
De todos modos, el experto precisó que “Israel está empeñada en una guerra con Hamas, que es una organización jihadista y genocida, y no con el pueblo palestino”.
Por otra parte, Kacowicz resaltó que “la actitud del primer ministro Netanyahu, que se opone a planear la cooperación con la Autoridad Palestina y la comunidad internacional sobre cómo reconstruir la Franja de Gaza luego de la guerra, es completamente contraproducente”.
Mientras la guerra no se detiene en Gaza, incluso Israel ha vuelto a bombardear posiciones en el Líbano de Hezbollah, un aliado de Hamas, la bandera palestina fue empuñada como muestra de solidaridad en varias marchas de protesta realizadas recientemente en Jordania, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos y la Argentina, entre otros países.
Y en la ceremonia de los premios Oscar, que otorga la Academia de Artes y Ciencias cinematográficas de Hollywood, realizada el 11 de marzo, los actores franceses Milo Machado Graner y Swann Arlaud, de la película “Anatomía de una caída”, lucieron sendos pin con la bandera con franjas negra, blanca y verde, unidas con un triángulo rojo.