BUENOS AIRES (ANP) El 12,8% de inflación de noviembre ya parece anecdótico ante las proyecciones de aumentos de precios minoristas para diciembre, en el que podría cumplirse con la lejana promesa de Sergio Massa: ¿será un mes que comience con 3?
Como fue costumbre en la mayor parte de los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, el número global de inflación escondió el noviembre la contención artificial de precios, si se tiene en cuenta que el rubro Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, que comprende al grueso de las tarifas de servicios públicos, fue el que tuvo el menor incremento del mes, con el 7,1%.
En el otro extremo, levemente por debajo del 15,9% que registró Salud, se ubicó Alimentos y bebidas no alcohólicas, con el 15,7%, 2,9 puntos porcentuales más que el nivel general. No solo se trata del rubro de mayor ponderación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), sino principalmente es el que atañe a los sectores socialmente más vulnerables, cuyos consumos se limitan exclusivamente a la comida. Paradojas de controles de precios que terminan beneficiando a los más pudientes.
La tasa interanual quedó en un 160,9% -la más alta desde julio de 1991- y en los once meses de 2023 alcanzó al 148,2%.
Si bien un 200% de inflación para todo 2023 puede parecer lejano, es más probable incluso superar ese porcentaje. Para igualarlo, solo basta que en diciembre el IPC sea del 20,86%, una meta que, a la luz de todas las proyecciones, puede terminar siendo demasiado modesta.
Especular con un índice para todo 2024 resulta difícil, pero hasta en las propias filas del oficialismo se da por sentado que al menos en el primer bimestre de 2024 la inflación por lo menos repetirá el desempeño de diciembre. Quizás también se queden cortos los que pronosticaban hasta no hace mucho un año con un índice del 300%.