BUENOS AIRES (ANP) La estructura tributaria argentina enfrenta desde hace décadas un dilema cuya solución parece cada vez más lejana, ya que uno de los impuestos más denostados por los especialista es a la vez el puntal de los ingresos de absolutamente todas las provincias.
La clara referencia es al Impuesto a los Ingresos Brutos, calificado hace treinta años como «el más bruto de los impuestos» por quien fuera presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Israel Mahler, en alusión a las distorsiones que genera con su aplicación en cada etapa de producción y comercialización.
Todos los intentos, desde los de Carlos Tacchi en la década del ’90 hasta la malograda primera versión del Consenso Fiscal de 2017, terminaron fracasando ante el supremo interés recaudatorio de los fiscos provinciales. Y el aliciente a mantenerlo radica en su importancia en el total de la recaudación propia.
Un informe de la consultora Politikon Chaco reveló que en el primer semestre de 2023, tomando los datos de los 19 distritos que dieron a conocer sus ingresos tributarios, Ingresos Brutos «explicó el 77,1% de la recaudación total, por un monto de $ 2.511.666,5 millones».
«En relación con su variación interanual, medida en moneda constante, exhibió un crecimiento del 6,4%, siendo no solo el de mejor desempeño entre los diferentes tributos, sino que es además el único que tuvo expansión», añadió.
En los desempeños individuales por distrito, Ingreso Brutos tuvo alza en quince y caídas en cuatro. Los picos de crecimiento están en CABA (19,6% real interanual) y Neuquén (16,7%); por el otro lado, las caídas fueron en Buenos Aires (-1,1%), Córdoba (-2,2%), Entre Ríos (-1,6%) y Tucumán (-3,3%).