La inflación de alimentos tuvo en la tercera semana de mayo un incremento del 1,28%, casi la tercera parte de la registrada en la semana anterior, fundamentalmente por el impacto que tuvo en ese lapso la baja del 1,74% en la fruta, de acuerdo con el relevamiento que periódicamente realiza la consultora LCG.
De esta forma, la inflación mensual (en rigor, la acumulada en las últimas cuatro semanas) cayó al 8,6% respecto del 8,9% de la medición anterior, ubicándose por encima del 8,1% con que cerró abril.
«Con pocos medios que auspicien de seguro, la remarcación constante de precios se vuelve cada vez más frecuente a la par que la demanda de cobertura y dólares se incrementa, por lo que se espera que el BCRA tenga un nuevo frente de combate abierto hasta el final del año», planteó la entidad dirigida por Guido Lorenzo.
En ese marco, señaló que «quizás por estas razones el mercado descuenta de base un 8,5% de inflación en mayo, y algunas proyecciones privadas incluso la ubican por encima de ese valor. Pero en todo caso la incógnita se centra en si el registro de mayo se tratará de un nuevo piso de inflación en el contexto actual de una inflación inercial, o si todavía quedan algunos vestigios de esperanza que impliquen registros en torno al 6,5%/7% mensual hacia fin
de año, algo que a esta altura podría interpretarse como un éxito».
En la medición semanal, cuatro categorías sobrepasaron el nivel promedio de 1,28%: Condimentos y otros productos alimenticios (3,12%), Comidas listas para llevar (2,57%), Productos lácteos y huevos (2,31%) y Azúcar, miel, dulces y cacao (1,91%).
También fueron cuatro las que superaron la medición mensual de 8,6%, dos de ellas con aumentos de dos dígitos: Comidas listas para llevar (12,9%), Productos lácteos y huevos (10%), Carnes (9,8%) y Verduras (8,9%).
En cuanto a la incidencia de cada rubro en la inflación total, Carnes y Productos lácteos y huevos concentraron el 53% del aporte.