Las oscilaciones en el precio de la carne retomaron em abril la tendencia observada en la mayor parte de 2022, en el que se ubicó notoriamente por debajo de la inflación. De acuerdo con el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en base a informes del Instituto de Promoción de la Crane Vacuna Argentina (IPCVA), los precios de los distintos cortes de carne vacuna registraron el mes pasado una suba de 3,4% respecto a marzo, menos de la mitad de la inflación proyectada.

En términos interanuales, estos cortes incrementaron su precio 77,3% situándose por debajo del aumento general de precios de la economía en por lo menos treinta puntos porcentuales.

La importancia del precio de la carne reside en que su consumo representa, en la conformación del índice de precios al consumidor (IPC) entre 7% (GBA) y 13,3% (noreste) del total.

CEPA observó que el mes pasado hubo «un impacto heterogéneo de los aumentos con relación a los distintos cortes», ya que los denominados «cortes caros», al igual que en marzo, fueron los que más incrementaron sus precios: 3,6%. Por su parte, los cortes “intermedios” y “económicos” mostraron una suba de 3% y 2,6% respectivamente

Las principales subas en los precios durante el mes de febrero se dieron en lomo (9,1%) falda (4,5%) y picada común (4,3%).
Adicionalmente, es importante destacar la variación en la suba de precios, de acuerdo con el canal de comercialización: en supermercados mostro un alza de 6,5%, superando por más de 4 puntos porcentuales los aumentos en carnicerías (2,1%).

Un caso llamativo fue la brecha de precios con el pollo, principal sustitutos a la carne vacuna. CEPA destacó que el pollo registró un fuerte aumento de 26,9% en abril y, exceptuando febrero de 2023, lleva 11 meses consecutivos con aumentos promedios que superan los incrementos promedios de carne vacuna.

El indicador que suele representar este proceso y que vincula la evolución del precio del asado en relación con el precio del pollo, muestra una baja que llega a 2,52 en abril 2023, el valor más bajo desde los registros disponibles (enero 2020), producto del fuerte aumento del pollo en relación a la carne vacuna.

Si se analiza la cantidad de kilos de pollo fresco que se puede comprar con un kilo del corte vacuno más consumido (el asado), se observa que el asado se había revalorizado fuertemente en relación con el pollo. La brecha entre ambos productos llegó a ser de 4,04 kilogramos en diciembre 2021. Esta relación se acorta, dos años después, alcanzando en el cuarto mes del año una brecha de sólo 2,5 como resultado del incremento sensible del pollo en los dos últimos meses.

Por NP