Las jubilaciones y pensiones constituyeron el gasto que más recortes tuvo en términos reales en el acumulado de los últimos cinco años, al punto que por sí solo representó más dinero que la reducción de todo el gasto primario, de acuerdo con una investigación del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
El estudio muestra que, en el otro extremo, el gasto que más aumentó fue el de los programas sociales, por un monto equivalente al recorte en jubilaciones y pensiones, en tanto en segundo término se anotó el principal factor causante del déficit primario, el incremento de la deuda y también de la inflación, a través de la necesidad de una mayor emisión monetaria: los subsidios a la energía.
La entidad dirigida por Nadín Argañaraz tomó como base de comparación el nivel real de gasto primario de 2017 para llegar a la conclusión que en 2022 hubo una reducción del 6,5% a valores constantes. «En términos simples, significa que, si se toma al gasto como una torta, si esta pesaba 100 kg en el 2017, pesó 93,5 kg en el 2022», planteó IARAF.
Sin embargo, «la realidad no ha sido homogénea para cada sector, resultando en consecuencia importante cuantificar los cambios redistributivos evidenciados», advirtió, dejando en evidencia que la licuación del gasto real por inflación y los ajustes realizados por otras vías no fueron iguales para todos.
De los 15 gastos identificados, 12 se redujeron entre 2017 y 2022. En términos porcentuales, «los tres gastos que crecieron fueron el componente integrado Programas Sociales (400%), los subsidios a la energía (84%) y la inversión real directa (9,3%)», mientras que los que más fueron Otros subsidios económicos (-69%), las transferencias de capital a provincias (-54,8%) y los subsidios al transporte (-31,2%).
«Si se analizan las transferencias a provincias en su conjunto, la caída se ve reducida al 32,7%, debido al comportamiento de las transferencias corrientes (-8,9%)», agregó.
Pero IARAF puntualizó que «el análisis de las variaciones porcentuales no permite conocer el impacto en términos absolutos en el gasto, debido a la heterogeneidad en la participación».
En consecuencia, «ahora queda en evidencia que jubilaciones y pensiones contributivas fue el gasto que más disminuyó ($1.609.000 millones), seguido por los salarios ($702.000 millones) y las transferencias totales a provincias ($554.000 millones)», destacó.
En contraposición, «aquellos gastos que más aumentaron fueron: Programas Sociales ($1.555.000 millones), subsidios a la energía ($1.033.000 millones) e inversión real directa ($113.500 millones)», añadió.