El gobierno pudo sobrecumplir con la meta de déficit primario acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2022, pero ese éxito se consiguió a costa de un procedimiento que puede complicar el cumplimiento del objeto para 2023, ya que muchos gastos que se fueron postergando y acumularon la deuda flotante, repercutirán en forma negativa en las cuentas públicas de este año.
Así lo señaló la consultora LCG, que advirtió que la meta de 1,9% del PBI de déficit primario para el año en curso podría complicarse tanto por ese gasto «pisado» en 2022 como por el peso que tendrá la cautelar de la Corte Suprema sobre la Coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires -cuyos giros no pagados se van acumulando-, además de los efectos de la sequía y las incógnitas sobre qué hará el Gobierno con los subsidios y el gasto social, en un año marcado por las elecciones de octubre.
«Ciertamente una buena parte del ajuste todavía parece basado en ‘pisar gastos’ que más temprano que tarde deberán cubrirse», indicó la entidad dirigida por Guido Lorenzo.
Y ese esfuerzo por esconder pagos durante 2022 «se trasladará para este año», remarcó la consultora.
«Por lo pronto en el Staff Report publicado en diciembre, el FMI recomienda ajustes de 0,8 pp del PBI en
subsidios, 0,6 pp en gasto social y 0,2 pp en gasto previsional», recordó LCG, para agregar que «sobre los dos primeros el Gobierno ya dio señales de avanzar (nuevos aumentos de tarifas para 2023 y una mayor focalización de programas sociales como el Potenciar Trabajo), pero habrá que ver la magnitud que decide darle a esta convergencia en un año marcado por las elecciones».
Al respecto, la audiencia pública virtual llevada a cabo hoy para considerar los aumentos tarifarios para Edenor y Edesur, alimentó las dudas: ninguna de las dos empresas dio precisiones sobre el porcentaje de incrementos pretendido, en tanto el interventor del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), Walter Martello, les advirtió que no se les iba a otorgar el aumento que pedían sino «el que los usuarios pudieran pagar».
Para tener una idea de la dimensión de los subsidios económicos, alcanza con comprobar que en 2022 alcanzaron a $2.139.429 millones, un 28,9% más que todo el déficit primario o, dicho de otro modo, si no hubiera habido subsidios el año pasado habría cerrado con un superávit primario de $ 479.681 millones.