El deterioro de la calidad de vida de los últimos años tuvo su inevitable correlato en el mercado laboral, que en 2022 mostró un fenómeno inédito: la informalidad laboral, que siempre tuvo una presencia destacada, por primera vez pasó a representar la mayoría de la población ocupada, con el 53,6% del total.

Esa es una de las principales aristas del informe sobre pobreza multidimensional presentado este lunes por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, a cargo de su director de Investigación, Agustín Salvia.

La investigación también corroboró la creciente brecha dentro del propio universo de trabajadores, lo que llevó a decir a Salvia que en la actualidad esa desigualdad «es mayor a la diferencia entre las ganancias de los empleadores y el promedio de los salarios».

Este dato relativiza a su vez la validez del clásico análisis de la evolución de la distribución del ingreso entre capital y trabajo, si es que dentro de la porción de la «torta» correspondiente a los trabajadores hay realidades tan disímiles.

Según el ODSA, «en los últimos años aumentó la proporción de ocupados en el sector micro informal de la
estructura productiva (actividades laborales autónomas no profesionales o llevadas a cabo en pequeñas unidades productivas de baja productividad, alta rotación y baja o nula vinculación con el mercado formal)».

«A finales de 2022 este sector reunía al 53,6% de los ocupados», señaló, para agregar que «los ocupados en el sector público representaban el 16% (se incluye tanto a los empleados que cubren las necesidades operativas del Estado como a los trabajadores que contra prestan en los programas de empleo directo) y solamente el 30,4% de los ocupados realizaban actividades en el sector privado formal (actividades laborales profesionales o en unidades
económicas de media o alta productividad e integradas a los mercados formales)».

La dimensión del deterioro puede evaluarse si se comparan esos porcentajes con los de 2010, cuando la micro-informalidad era del 45,9%, el sector formal privado del 39,1% y el estatal del 15%.

Es decir que en doce años, la participación del sector público en la población ocupada aumentó un punto porcentual y la de los que se desempeñan en la micro-informalidad 7,7 puntos. Esos 8,7 puntos porcentuales fueron a costa de una pérdida equivalente del sector privado formal.

 

Por NP