La velocidad de rotación de la Base Monetaria se aceleró en el 2022 hasta llegar a 5,8 días en octubre, equivalente a 7,1 días menos que en el segundo trimestre de 2020, cuando era de 12,9, lo que implica que la velocidad de circulación se aceleró 55% en 28 meses.
Así lo señaló, en base a estadísticas oficiales, el último informe de la Fundación Libertad y Progreso (LyP), que señala que eso refleja “la mayor caída en la demanda de dinero desde las PASO de 2019”.
“Este mismo resultado se verifica al calcular la velocidad de circulación del M1 (circulante en poder del público más cuentas corrientes en pesos del sector público y privado no financiero), para el cual la velocidad de circulación cayó de 14,9 días en el segundo trimestre de 2020 hasta 8,8 días en octubre de 2022”, agregó.
En comparación, para el promedio 1987-1990 la velocidad de circulación del M1 era de 7,5 días, mientras que, previo a la hiperinflación de 1989, la rotación se daba cada 4,7 días, comparó LyP.
El índice de velocidad de circulación es la inversa de la demanda del dinero.
“Este índice, que depende de la masa monetaria existente, el ingreso de los argentinos y los movimientos en el nivel de precios, refleja cuál es el deseo de los argentinos por demandar dinero nacional. A mayor velocidad de circulación, menor demanda de dinero, y viceversa”, explicó la Fundación.
Los especialistas señalan que el hecho de que la velocidad de circulación del dinero este subiendo implica que las personas “huyen” cada vez más rápido del peso.
Al igual que los excesos de emisión de moneda, la caída de su demanda, también, genera una baja de su valor.
“Por eso, quien venda algo exigirá que le entreguen más pesos, cuando más baje su poder adquisitivo; lo que llamamos inflación”, concluyó.