Los salarios promedio de la economía aumentaron 31 puntos porcentuales menos que la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que se usa para medir la línea de indigencia, desde el inicio de la Presidencia de Alberto Fernández, según un relevamiento de la Fundación Libertad y Progreso (LyP).
Entre diciembre de 2019 y julio de 2022 (último dato disponible) los salarios aumentaron 197%, mientras que la CBA lo hizo 228%, indicó.
«Los que más perdieron fueron los trabajadores privados no registrados, que tuvieron un incremento en sus salarios de 171% y los trabajadores registrados que perciben el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) que creció 170%. En ambos casos, la diferencia con el aumento de la CBA ronda los 60 puntos porcentuales», completó.
Por su parte, los que menos perdieron fueron los trabajadores privados registrados (+203%) y los asalariados del sector público (+201%), en tanto la Remuneración Promedio de los Trabajadores Registrados Estables (RIPTE), aumentó 206%, (solo) 22 puntos menos que la CBA. En estos últimos tres casos, los incrementos estuvieron por encima de la suba acumulada de la Canasta Básica Total (CBT) relevada por INDEC.
«Si tenemos en cuenta los datos hasta septiembre, la CBA registra un aumento acumulado de 276% y la CBT de 241%, lo que ubica los aumentos 79 y 44 puntos porcentuales por encima de los salarios promedio de la economía, según el relevamiento de INDEC hasta julio», añadió.
Para Roberto Cachanosky, economista y consejero académico d LyP, estos datos “muestran que la fenomenal emisión monetaria de los años 2020, 2021 y en parte 2022, que generó el BCRA para financiar el déficit fiscal. En los años 2020 y 2021 el déficit fiscal se financió básicamente con emisión monetaria».
«Se ve cómo la inflación es el impuesto más regresivo de todos, porque impacta sobre los sectores más humildes que tienen como gran patrimonio su ingreso mensual. No tienen mucho más para defenderse, por lo tanto esto muestra cómo las políticas populista basan su estrategia en hacer caer el salario real en vía base la emisión monetaria”, agregó.
Eugenio Marí, economista Jefe en la Fundación, expresó que “la pérdida del poder adquisitivo de los salarios responde a una economía donde el trabajo es cada vez menos productivo. Es decir, cada trabajador genera cada vez menos valor agregado con el mismo esfuerzo. La razón detrás de esto son las enormes distorsiones que dificultan la producción y la inversión; empezando por la inflación, pero también incluyendo el cepo cambiario, las regulaciones y la presión impositiva”.