BUENOS AIRES (ANP).- La inflación no para. Entre julio y septiembre el promedio fue del 7% y todo esto apunta, según los primeros análisis, a que el índice de pobreza se ubicó en el 40%, por encima del que había terminado el año pasado.
De esta manera se revierte la tendencia evidenciada durante el primer semestre del año, que con una inflación del 36,2% y la economía creciendo al 6,5 % acumulado, hizo que el Índice de Pobreza bajara al 36,5% desde el 37,3% con el que había cerrado el año pasado.
Pero la indigencia, entendida esta como los pobres cuyos ingresos no alcanzan ni siquiera para alimentarse subió del 8,2% al 8,8%.
Para el sociólogo Artemio López lo que pasó fue que “la pobreza bajó porque se transformó en indigencia, que subió”. Este fenómeno es “Un sube baja producto combinado del descontrol en precios de alimentos y salarios de hambre. Estamos mal”.
En tanto, para el economista Alberto Cuenca, de la consultora “Economía y Sociedad” el índice de 36,2% “resultó un promedio de seis meses, ayudado por un ´resabio´ del plan “platita” de las elecciones” de noviembre del 2021.
Pero este año “veníamos de una inflación del 4% en el primer trimestre, pasamos a una del 5% en el segundo, y ahora saltamos al 7% en el tercero, y no hay bonos o ajustes paritarios que hayan compensado ese aumento de precios”, dijo Cuenca.
Además esos eventuales aumentos salariales “impactan primero en los trabajadores formales, pero los que están ‘en negro’, que son un tercio del total, reciben mucho después esa mejora para compensar la inflación”.
Esto se refleja en el Índice de Salarios que realiza el propio Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que en los primeros siete meses del año, cerró con un alza del 41,8 % en promedio, contra una inflación del 46,2 % pero con diferencias al interior de cada sector ya que mientras los sueldos de los trabajadores privados, subían el 43,3 % y el de los empleados públicos 45,1 %, los trabajadores “en negro”, que son el 37% de los empleados, tuvieron una mejora del 31,7%.
En medio de este panorama, desde la Universidad Torcuato di Tella (UtdT) el economista Martín Rozada, quien sigue mes a mes el índice, estimó que con la inflación proyecta se registra “un promedio ponderado de una tasa de pobreza estimada en 38.7% para el segundo trimestre y 41.8% para el tercer trimestre”.
En el mismo sentido el Coordinador del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, Agustín Salvia, advirtió que la tendencia apunta a un aumento “de aquel pobre piso del 34, 35% de pobreza del verano poselectoral”.
Salvia, en declaraciones a CNN-Radio , aclaró que si bien el 36,5% reportado por el INDEC indica una situación muy grave, esos datos son solo el termómetro de “la enfermedad de una Argentina que no logra estabilizar su economía y crear un proyecto de país con trabajo y buena educación”.
“Si el segundo trimestre estaba en el 39 % con datos oficiales este tercer trimestre va a estar por arriba del 40%”, agregó.
Salvia, señaló que en el país “no se están creando puestos de trabajo” y que aunque se firmen acuerdos para mantener los empleos, esto se suele dar en los sectores formales que tienen buenos salarios.
La Directora del CIPPEC, Gala Díaz Langou, advirtió que “la mayoría de las personas que están en la pobreza trabajan, pero eso no les resuelve la posibilidad de salir de esa situación, aunque exista una proporción de personas que, incluso, trabajan en empleo formales”.
“Con todos los desajustes del mercado laboral y con una creciente informalidad, implica que tenemos una población, además de con menos ingresos, más desprotegida socialmente», dijo Diaz Langou al programa “Es por acá” en Radio Milenium.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el 70 % de la población ocupada, sea esta asalariada o cuenta propista, apenas alcanzaba a reunir $ 80.000 por mes en el segundo trimestre del año, . Si uno toma el grupo familiar, el 70% del ingreso se elevaba a $140.000.